Spanish Health authorities guarantee the water healthiness of the dam of the Umia
Sun, 22/07/2007
Los vecinos de las comarcas que se abastecen del agua del embalse del Umia pueden estar tranquilos y consumirla con toda seguridad.
Eso, al menos, afirman las consellerías de Medio Ambiente y Sanidade y las empresas gestoras, Aquagest y Espina y Delfín, en función de los continuos análisis que se realizan en los puntos de captación con que cuenta el río.
El director xeral de Desenvolvemento Sostible, Emilio Fernández, y el delegado provincial de Sanidade, Antonio Martín Tejedor, aseguraron ayer en Caldas de Reis que la población puede estar tranquila ya que la calidad de las aguas es óptima para el consumo humano. Tras la puesta en marcha del Plan Integral de Seguridad del río Umia, a consecuencia del incendio y posterior vertido de Brentag, se adoptaron una serie de medidas para controlar la situación del embalse, que también incluyen la realización de análisis periódicos. Un equipo compuesto por catorce técnicos estudia casi a diario la calidad de las aguas y detecta el mínimo cambio que se produzca en su salubridad.
Según explicó el director xeral, en el Umia se toman muestras en quince puntos diferentes, cuando la Directiva Marco del Agua exige sólo tres. Dentro de estos quince puntos están los del embalse y los de captación de agua para consumo humano, en los que se analiza la presencia de algas tóxicas y la concentración de clorofila. Cualquier variación en estos dos parámetros provocaría la declaración del estado de «alerta», que movilizaría a las empresas abastecedoras. Si se diera esa circunstancia, Aquagest y Espina y Delfín tomarían muestras tanto en los depósitos como en los propios grifos de los consumidores.
Emilio Fernández confirmó que todos los análisis realizados hasta el momento indican que el nivel de toxicidad del agua es menor a 0,5 microgramos por litro, cuando el máximo permitido por la ley es de 1 microgramo por litro de agua. Ante estos resultados, las autoridades hacen una llamada a la tranquilidad de los consumidores, así como también las empresas distribuidoras. Espina y Delfín, que abastece a Vilagarcía de Arousa, asegura que los vecinos pueden tener «tranquilidad absoluta». Por su parte, Aquagest, que gestiona el agua para la Mancomunidad de O Salnés, advierte de que si bien el punto de captación para esta área se sitúa más abajo del embalse, también se realizan controles periódicos que detectarían cualquier cambio en la calidad de las aguas.
Responsabilidad de los consumidores
El regidor de Caldas de Reis, Juan Manuel Rey, hizo una llamada a la «responsabilidad» de los consumidores y advirtió de que en caso de que el nivel de toxicidad del agua aumente, «no me temblará la mano para publicar un bando que prohíba el consumo del agua, porque con la salud no se juega», matizó
Eso, al menos, afirman las consellerías de Medio Ambiente y Sanidade y las empresas gestoras, Aquagest y Espina y Delfín, en función de los continuos análisis que se realizan en los puntos de captación con que cuenta el río.
El director xeral de Desenvolvemento Sostible, Emilio Fernández, y el delegado provincial de Sanidade, Antonio Martín Tejedor, aseguraron ayer en Caldas de Reis que la población puede estar tranquila ya que la calidad de las aguas es óptima para el consumo humano. Tras la puesta en marcha del Plan Integral de Seguridad del río Umia, a consecuencia del incendio y posterior vertido de Brentag, se adoptaron una serie de medidas para controlar la situación del embalse, que también incluyen la realización de análisis periódicos. Un equipo compuesto por catorce técnicos estudia casi a diario la calidad de las aguas y detecta el mínimo cambio que se produzca en su salubridad.
Según explicó el director xeral, en el Umia se toman muestras en quince puntos diferentes, cuando la Directiva Marco del Agua exige sólo tres. Dentro de estos quince puntos están los del embalse y los de captación de agua para consumo humano, en los que se analiza la presencia de algas tóxicas y la concentración de clorofila. Cualquier variación en estos dos parámetros provocaría la declaración del estado de «alerta», que movilizaría a las empresas abastecedoras. Si se diera esa circunstancia, Aquagest y Espina y Delfín tomarían muestras tanto en los depósitos como en los propios grifos de los consumidores.
Emilio Fernández confirmó que todos los análisis realizados hasta el momento indican que el nivel de toxicidad del agua es menor a 0,5 microgramos por litro, cuando el máximo permitido por la ley es de 1 microgramo por litro de agua. Ante estos resultados, las autoridades hacen una llamada a la tranquilidad de los consumidores, así como también las empresas distribuidoras. Espina y Delfín, que abastece a Vilagarcía de Arousa, asegura que los vecinos pueden tener «tranquilidad absoluta». Por su parte, Aquagest, que gestiona el agua para la Mancomunidad de O Salnés, advierte de que si bien el punto de captación para esta área se sitúa más abajo del embalse, también se realizan controles periódicos que detectarían cualquier cambio en la calidad de las aguas.
Responsabilidad de los consumidores
El regidor de Caldas de Reis, Juan Manuel Rey, hizo una llamada a la «responsabilidad» de los consumidores y advirtió de que en caso de que el nivel de toxicidad del agua aumente, «no me temblará la mano para publicar un bando que prohíba el consumo del agua, porque con la salud no se juega», matizó