Turkish researcher creates a system to cause rainfalls over water reservoirs
Thu, 16/08/2007
El problema de la sequía y de los cortes de agua en Turquía ya tiene solución. Un proyecto desarrollado por una universidad turca que lleva por nombre "Nube Inteligente" conseguirá que los embalses del país euroasiático estén a rebosar de agua y nieve durante todo el año.
Según su creador, Cemal Saydam, del Departamento de Ingeniería Ambiental de la Universidad de Hacettepe (Ankara), se trata de "crear" nubes justo encima de las presas que "expulsan" agua o nieve, dependiendo de la estación del año. "Los cristales de hielo y vapor en las nubes determinan la lluvia o la nieve. Si estos cristales son grandes y si es verano, entonces tendremos lluvia. Si es invierno, veremos nieve", explicó Saydam en declaraciones a la prensa local. En este sentido, aseguró que los experimentos en laboratorio para incrementar el tamaño y el número de estos cristales desde fuera han sido todo un "éxito".
El ingeniero afirmó que lleva quince años trabajando en "Nube Inteligente", que considera un proyecto innovador aunque esté inspirado en investigaciones similares llevadas a cabo en Estados Unidos durante la década de 1950. "Mi proyecto es diferente. Será el primero en el mundo. Experimentos muy similares se están realizando en Israel y éstos también están a punto de tener éxito", adelantó.
El secreto está en conseguir insertar arena del desierto en las nubes, provocando así la lluvia. "Después de llover, si miras en una ventana de cristal, puedes ver muchas manchas amarillas. Es polvo del desierto, que se infiltra en las nubes a través del viento y regresa a la tierra con la lluvia", dijo.
De todas formas, no vale con cualquier arena del desierto. Precisamente, su investigación se ha centrado en hallar la correcta. Después, hay que "sembrarla" en la nube, "a la elevación adecuada y con el contenido de humedad apropiado". "Cuando se disemina la arena del desierto, una parte de la nube debe estar especialmente fría. Un avión que sobrevuela esa zona esparce la arena. Las precipitaciones empiezan media hora después", aseguró.
En su opinión, lo ideal sería efectuar este proceso en invierno. "Las lluvias, o sólo mojan el suelo o causan inundaciones. La nieve es diferente, se derrite despacio y nutre a los ríos. Por ejemplo, si dos metros de nieve cubren Ankara, no pasará nada, pero si llueve mucho, las infraestructuras no podrán soportarlo", agregó.
No obstante, el proyecto "Nube Inteligente" sigue siendo eso, un proyecto. Saydam critica que las autoridades competentes le han denegado volar sobre las nubes para comprobar que su invento tiene éxito en la práctica real. Asimismo, dijo que está esperando una respuesta de la Unión Europea (UE) para recibir una ayuda económica que le dé el impulso final a su proyecto. "Tenemos que hacerlo este año. Si no, no tendremos que esperar hasta el invierno de 2009-2010", advirtió.
GRAVE SEQUIA
Precisamente, Turquía sufre su peor sequía de los últimos 78 años, lo que ha provocado que el nivel de los embalses haya descendido a niveles críticos: un 28% en Estambul y un 4% en Ankara.
En consecuencia, las autoridades capitalinas ordenaron severos cortes de agua que comenzaron hace dos semanas. Cada barrio dispone de dos días de agua y dos días sin agua, una situación que continuará durante los próximos cinco meses a no ser que llueva a raudales.
La población y las asociaciones de consumidores han criticado la gestión municipal y reclamado incluso la dimisión del alcalde, Melih Gökçek, cuyas propuestas para poner fin a los draconianos racionamientos del líquido elemento son de lo más irrisorias. Así, van desde que los habitantes de Ankara recen más para pedirle a Dios que llueva, hasta que se duchen me nos o se vayan de vacaciones a otra ciudad por un largo período de tiempo.
Según su creador, Cemal Saydam, del Departamento de Ingeniería Ambiental de la Universidad de Hacettepe (Ankara), se trata de "crear" nubes justo encima de las presas que "expulsan" agua o nieve, dependiendo de la estación del año. "Los cristales de hielo y vapor en las nubes determinan la lluvia o la nieve. Si estos cristales son grandes y si es verano, entonces tendremos lluvia. Si es invierno, veremos nieve", explicó Saydam en declaraciones a la prensa local. En este sentido, aseguró que los experimentos en laboratorio para incrementar el tamaño y el número de estos cristales desde fuera han sido todo un "éxito".
El ingeniero afirmó que lleva quince años trabajando en "Nube Inteligente", que considera un proyecto innovador aunque esté inspirado en investigaciones similares llevadas a cabo en Estados Unidos durante la década de 1950. "Mi proyecto es diferente. Será el primero en el mundo. Experimentos muy similares se están realizando en Israel y éstos también están a punto de tener éxito", adelantó.
El secreto está en conseguir insertar arena del desierto en las nubes, provocando así la lluvia. "Después de llover, si miras en una ventana de cristal, puedes ver muchas manchas amarillas. Es polvo del desierto, que se infiltra en las nubes a través del viento y regresa a la tierra con la lluvia", dijo.
De todas formas, no vale con cualquier arena del desierto. Precisamente, su investigación se ha centrado en hallar la correcta. Después, hay que "sembrarla" en la nube, "a la elevación adecuada y con el contenido de humedad apropiado". "Cuando se disemina la arena del desierto, una parte de la nube debe estar especialmente fría. Un avión que sobrevuela esa zona esparce la arena. Las precipitaciones empiezan media hora después", aseguró.
En su opinión, lo ideal sería efectuar este proceso en invierno. "Las lluvias, o sólo mojan el suelo o causan inundaciones. La nieve es diferente, se derrite despacio y nutre a los ríos. Por ejemplo, si dos metros de nieve cubren Ankara, no pasará nada, pero si llueve mucho, las infraestructuras no podrán soportarlo", agregó.
No obstante, el proyecto "Nube Inteligente" sigue siendo eso, un proyecto. Saydam critica que las autoridades competentes le han denegado volar sobre las nubes para comprobar que su invento tiene éxito en la práctica real. Asimismo, dijo que está esperando una respuesta de la Unión Europea (UE) para recibir una ayuda económica que le dé el impulso final a su proyecto. "Tenemos que hacerlo este año. Si no, no tendremos que esperar hasta el invierno de 2009-2010", advirtió.
GRAVE SEQUIA
Precisamente, Turquía sufre su peor sequía de los últimos 78 años, lo que ha provocado que el nivel de los embalses haya descendido a niveles críticos: un 28% en Estambul y un 4% en Ankara.
En consecuencia, las autoridades capitalinas ordenaron severos cortes de agua que comenzaron hace dos semanas. Cada barrio dispone de dos días de agua y dos días sin agua, una situación que continuará durante los próximos cinco meses a no ser que llueva a raudales.
La población y las asociaciones de consumidores han criticado la gestión municipal y reclamado incluso la dimisión del alcalde, Melih Gökçek, cuyas propuestas para poner fin a los draconianos racionamientos del líquido elemento son de lo más irrisorias. Así, van desde que los habitantes de Ankara recen más para pedirle a Dios que llueva, hasta que se duchen me nos o se vayan de vacaciones a otra ciudad por un largo período de tiempo.