Valladolid University investigates environmental impact of minihidraulic power stations
Tue, 21/08/2007
Truchas del Umia, piscifactoría del Grupo Tres Mares -empresa líder en producción de trucha en la comunidad- firmó hace unos meses un convenio de colaboración con la Universidad de Valladolid (UVA). En concreto, con el departamento de Ingeniería Agrícola y Forestal de la Escuela Técnica Superior de Ingenierías Agrarias. El objetivo del acuerdo es desarrollar una investigación que lleva por título Estudio de los efectos de las centrales hidroeléctricas sobre la fauna acuática. Aplicación al impacto sobre el funcionamiento de una piscifactoría. El trabajo, en marcha desde el pasado 15 de junio, se desarrolla en paralelo a la evolución de las obras del aprovechamiento de Ermida (Cuntis), en el río Umia, adjudicado a la empresa Técnicos Asociados Gallegos. El equipo de investigación de la UVA, coordinado por el profesor Francisco Javier Sanz Ronda, realiza un seguimiento del estado del río para la medición de determinados parámetros como turbidez, niveles de oxígeno o variaciones de caudal. El muestreo, que se llevará a cabo -durante un año- de manera periódica cada dos semanas y después de cada episodio importante de lluvia, permitirá establecer cuáles son los efectos que la construcción de la minicentral tiene sobe el cauce y la calidad de sus aguas. La incompatibilidad de la explotación acuícola e hidroeléctrica en un mismo cauce es una de las principales preocupaciones del Grupo Tres Mares. Sus dos granjas, la de Tres Mares en el río Castro (Lires-Cee) y la de Truchas del Umia en el río Umia (Moraña), se ven afectadas por esta problemática. Para Gloria Arregui, gerente del Grupo Tres Mares, el estudio de la Universidad de Valladolid es fundamental: «Este proyecto es una prioridad para nosotros por la amenaza que la minicentral supone para la piscifactoría. Sobre todo porque ya existe un precedente. En el 2003, con las obras de construcción de otra minicentral en el Umia (Engasa) perdimos cuarenta toneladas de alevines por la turbidez provocada en el cauce». El coordinador del informe, Francisco Javier Sanz, subrayó ayer que el resultado de las muestras tomadas en julio y agosto no se conocerá hasta septiembre, aunque en las de junio hay «aguas turbias». El profesor cuestionó las medidas de control del aprovechamiento de Ermida, que «no son todo lo correctas que deberían ser para evitar aportes de sedimentos al lecho, que ponen en riesgo la supervivencia de animales como el mejillón de río, una especie amenazada».