Narbona said that the Ebro transfer had brought more CO2 than 20 desalination plants
Fri, 16/11/2007
La ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, aseguró hoy que si se hubiese llevado a cabo el trasvase del Ebro, su construcción y funcionamiento hubieran supuesto "más emisiones de dióxido de carbono que veinte plantas desalinizadoras juntas". Indicó que "muchos ciudadanos" no saben esto y que "quizá, miran el mapa" y "piensan en un trasvase desde el Ebro hasta Almería" creyendo que "el agua circula sola por el tubo", por lo que afirmó que "es bueno que la gente sepa que un trasvase requiere consumo de energía".
Narbona realizó estas declaraciones tras participar esta mañana en Valencia en la inauguración de la jornada 'Bases y perspectivas para un nuevo acuerdo internacional frente al Cambio Climático. Más allá de Kioto 2012', organizada por el sindicato CC.OO., coincidiendo con el desarrollo esta semana en la capital valenciana de la 27 reunión del Grupo Intergubernamental de Expertos de Cambio Climático de Naciones Unidas (IPCC).
La representante del Ejecutivo central se pronunció de este modo, al ser preguntada tras la apertura de las jornadas, por la encuesta sobre cambio climático encargada por la Generalitat para conocer la posición de los ciudadanos de la Comunitat Valenciana respecto a este fenómeno.
Este sondeo indica que el 73,6% de los valencianos cree que antes de construir desalinizadoras es mejor optar por conseguir agua por otras soluciones que emitan menos dióxido de carbono, frente a un 11,4% que está en desacuerdo, así como que el 67,5% respalda que es preferible trasvasar agua a la construcción de grandes desalinizadoras, mientras que un 15,5% lo rechaza.
Cristina Narbona consideró que estos porcentajes "demuestran que los valencianos creen que el trasvase no producía CO2" y subrayó, en esta línea, que "transportar mil hectómetros cúbicos de agua por 900 kilómetros de tubería, con alturas en algún caso de hasta mil metros por encima del nivel del mar, hubiera comportado un consumo de energía superior al de veinte plantas desalinizadoras y, por tanto, una emisión de CO2 superior a veinte plantas desalinizadoras juntas".
Aseveró que entiende que "efectivamente, muchos ciudadanos" no conocen este dato y que "quizá, miran el mapa, piensan en un trasvase desde el Ebro hasta Almería y creen que el agua circula sola por el tubo". Estimó que es "bueno que la gente sepa que un trasvase requiere consumo de energía" y reiteró que el trasvase del Ebro, "proyectado por el anterior gobierno y que la Comisión Europea no financió porque lo consideró contrario a las actuales exigencias de sostenibilidad", recordó, "hubiera significado más emisiones de CO2 que veinte plantas desalinizadoras juntas".
Por otro lado, sobre la posibilidad de que desde la administración se adopten medidas para mitigar el cambio climático referidas a la protección del litoral o los recursos hídricos, la ministra sostuvo que éste es "un momento en el que todas las administraciones" deben "hacer un esfuerzo para controlar el uso del suelo en el litoral y para evitar la excesiva masificación". Agregó que este "esfuerzo" debe dirigirse también a "tener en cuenta lo que los científicos están diciendo con mucha contundencia" a este respecto.
USO DEL SUELO LITORAL.
Narbona, que aseveró que "una de las consecuencias del cambio climático es la elevación del nivel del mar", apuntó que "si el mar se eleva en quince centímetros, esto significa quince metros menos de playa" y advirtió de que "ante esa realidad, todas las administraciones" tienen que "ser consecuentes".
Destacó que por esta razón, el Ejecutivo central ha puesto "a disposición de todos los gobiernos autonómicos del litoral mediterráneo información detallada para poder trabajar con ellos en tomar decisiones en torno al uso del suelo en el litoral", según dijo, "pensando, incluso, en la seguridad de cara al futuro de quienes tienen los inmuebles más próximos a la línea del mar y en la calidad de la oferta turística española". Respecto a esta última indicó que el sector hotelero ha reconocido que "requiere un importante esfuerzo de mejora ambiental en nuestro país".
La responsable de Medio Ambiente se refirió, asimismo, a las medidas adoptadas para optimizar los recursos hídricos en ámbitos como el agrícola. En esta línea, comentó que la política de agua que desarrolla el Gobierno a través del Programa Agua "tiene como objetivo prioritario, reducir las necesidades de consumo de agua en todos los sectores, en particular, en la agricultura".
Explicó que en este ámbito "todavía existe en España margen para modernizar los regadíos y para introducir regadíos muy eficientes". Así, resaltó que "de hecho, sólo este año, por primera vez en España, hay más hectáreas regadas con riegos eficientes que por inundación", aunque precisó que se tiene que "ir al cien por cien" porque eso "significará ahorrar muchos miles de hectómetros cúbicos de agua", manifestó.
Cristina Narbona aseguró que el Ejecutivo central "lleva a cabo ahora mismo un plan de choque de modernización de regadíos", pero sostuvo que "habrá que seguir en los próximos años hasta conseguir que la agricultura pueda desarrollarse perfectamente con un consumo de agua muy inferior". Afirmó que debe ser así dado que se ha de "hacer frente a un proceso de reducción de las precipitaciones en el largo plazo", y subrayó que, "para ello, sobre todo, hay que mejorar la eficacia en el uso del agua, en todo tipo de uso de agua", matizó.
Narbona realizó estas declaraciones tras participar esta mañana en Valencia en la inauguración de la jornada 'Bases y perspectivas para un nuevo acuerdo internacional frente al Cambio Climático. Más allá de Kioto 2012', organizada por el sindicato CC.OO., coincidiendo con el desarrollo esta semana en la capital valenciana de la 27 reunión del Grupo Intergubernamental de Expertos de Cambio Climático de Naciones Unidas (IPCC).
La representante del Ejecutivo central se pronunció de este modo, al ser preguntada tras la apertura de las jornadas, por la encuesta sobre cambio climático encargada por la Generalitat para conocer la posición de los ciudadanos de la Comunitat Valenciana respecto a este fenómeno.
Este sondeo indica que el 73,6% de los valencianos cree que antes de construir desalinizadoras es mejor optar por conseguir agua por otras soluciones que emitan menos dióxido de carbono, frente a un 11,4% que está en desacuerdo, así como que el 67,5% respalda que es preferible trasvasar agua a la construcción de grandes desalinizadoras, mientras que un 15,5% lo rechaza.
Cristina Narbona consideró que estos porcentajes "demuestran que los valencianos creen que el trasvase no producía CO2" y subrayó, en esta línea, que "transportar mil hectómetros cúbicos de agua por 900 kilómetros de tubería, con alturas en algún caso de hasta mil metros por encima del nivel del mar, hubiera comportado un consumo de energía superior al de veinte plantas desalinizadoras y, por tanto, una emisión de CO2 superior a veinte plantas desalinizadoras juntas".
Aseveró que entiende que "efectivamente, muchos ciudadanos" no conocen este dato y que "quizá, miran el mapa, piensan en un trasvase desde el Ebro hasta Almería y creen que el agua circula sola por el tubo". Estimó que es "bueno que la gente sepa que un trasvase requiere consumo de energía" y reiteró que el trasvase del Ebro, "proyectado por el anterior gobierno y que la Comisión Europea no financió porque lo consideró contrario a las actuales exigencias de sostenibilidad", recordó, "hubiera significado más emisiones de CO2 que veinte plantas desalinizadoras juntas".
Por otro lado, sobre la posibilidad de que desde la administración se adopten medidas para mitigar el cambio climático referidas a la protección del litoral o los recursos hídricos, la ministra sostuvo que éste es "un momento en el que todas las administraciones" deben "hacer un esfuerzo para controlar el uso del suelo en el litoral y para evitar la excesiva masificación". Agregó que este "esfuerzo" debe dirigirse también a "tener en cuenta lo que los científicos están diciendo con mucha contundencia" a este respecto.
USO DEL SUELO LITORAL.
Narbona, que aseveró que "una de las consecuencias del cambio climático es la elevación del nivel del mar", apuntó que "si el mar se eleva en quince centímetros, esto significa quince metros menos de playa" y advirtió de que "ante esa realidad, todas las administraciones" tienen que "ser consecuentes".
Destacó que por esta razón, el Ejecutivo central ha puesto "a disposición de todos los gobiernos autonómicos del litoral mediterráneo información detallada para poder trabajar con ellos en tomar decisiones en torno al uso del suelo en el litoral", según dijo, "pensando, incluso, en la seguridad de cara al futuro de quienes tienen los inmuebles más próximos a la línea del mar y en la calidad de la oferta turística española". Respecto a esta última indicó que el sector hotelero ha reconocido que "requiere un importante esfuerzo de mejora ambiental en nuestro país".
La responsable de Medio Ambiente se refirió, asimismo, a las medidas adoptadas para optimizar los recursos hídricos en ámbitos como el agrícola. En esta línea, comentó que la política de agua que desarrolla el Gobierno a través del Programa Agua "tiene como objetivo prioritario, reducir las necesidades de consumo de agua en todos los sectores, en particular, en la agricultura".
Explicó que en este ámbito "todavía existe en España margen para modernizar los regadíos y para introducir regadíos muy eficientes". Así, resaltó que "de hecho, sólo este año, por primera vez en España, hay más hectáreas regadas con riegos eficientes que por inundación", aunque precisó que se tiene que "ir al cien por cien" porque eso "significará ahorrar muchos miles de hectómetros cúbicos de agua", manifestó.
Cristina Narbona aseguró que el Ejecutivo central "lleva a cabo ahora mismo un plan de choque de modernización de regadíos", pero sostuvo que "habrá que seguir en los próximos años hasta conseguir que la agricultura pueda desarrollarse perfectamente con un consumo de agua muy inferior". Afirmó que debe ser así dado que se ha de "hacer frente a un proceso de reducción de las precipitaciones en el largo plazo", y subrayó que, "para ello, sobre todo, hay que mejorar la eficacia en el uso del agua, en todo tipo de uso de agua", matizó.