The CHE studying permeabilise water barriers to prevent floods, after discovering that stop working at age 10
Wed, 07/05/2008
La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) estudia permeabilizar las motas para hacer frente a las riadas y crear una segunda línea de defensa que contenga las avenidas, tras comprobar que las motas dejan de funcionar en el caso de riadas que se producen aproximadamente cada diez años y que alcanzan los 2.700 metros cúbicos por segundo en Zaragoza.
Estas medidas han sido analizadas hoy en la sede de la CHE en la reunión de trabajo de la comisión técnica para estudiar las mejoras medioambientales del tramo medio del Ebro --en la que hay representación de las tres comunidades autónomas afectadas, La Rioja, Navarra y Aragón-- y en una segunda reunión de los alcaldes ribereños.
El presidente de la CHE, José Luis Alonso, trasladó en rueda de prensa que estas medidas se desarrollarán siempre que cuenten con el apoyo de los afectados ya que "vamos a seguir uniendo y cohesionando a todos" para conseguir el objetivo de que "las poblaciones ribereñas tengan más seguridad ante las avenidas, tanto los núcleos urbanos, como el patrimonio" de forma que "aprendamos a convivir con las inundaciones porque no está en nuestra mano evitarlas".
La CHE presentó hoy tanto a la comisión técnica como a los alcaldes el 'Estudio hidráulico del eje del Ebro, entre la desembocadura del Ega y el embalse de Mequinenza', que analiza las zonas inundables que puede haber en las avenidas que ocurren cada 2, 5, 10, 25, 50, 100 y 500 años, tanto con las motas instaladas actualmente, como en el supuesto de que no hubiera motas.
El estudio revela que a partir de los diez años "las motas empiezan a ser rebasadas", dijo Alonso. Para hacer frente a esta situación, el presidente de la CHE se refirió a las dos medidas señaladas anteriormente, que se estudian como proyectos pilotos y que se aplicarían en dos tramos lineales del eje medio del Ebro.
Se trata del tramo que hay entre La Rioja y Navarra, concretamente entre la desembocadura del río Aragón y Tudela, de unos 25 kilómetros, y el tramo que transcurre entre Sobradiel y la reserva de La Alfranca, unos 50 kilómetros aguas arriba y aguas abajo de la ciudad de Zaragoza.
MEDIDAS PILOTO.
La primera de las medidas consiste en crear una segunda línea de defensa a las motas, que permitiría "contener las avenidas" que se producen cada 25 años, subrayó Alonso. Los análisis realizados sobre el terreno han permitido comprobar que se puede crear esa segunda línea siguiendo "más o menos la geografía del terreno", y aprovechando en ocasiones caminos y acequias existentes.
La segunda media consistiría en permeabilizar las motas existentes a través de la construcción en ellas de unas cavidades y unas compuertas que se abrirían en caso de que "veamos que la mota va a ser rebasada", disponiendo de un sistema que permitirá "regular la entrada del caudal" en la zona inundable, de forma que éste saliera "lentamente para no causar daño en los campos", dijo Alonso.
El presidente de la CHE aclaró que los mayores daños de las riadas "se producen por la erosión que genera la velocidad del agua", velocidad que con este sistema se controlaría.
José Luis Alonso indicó que ya se ha publicado en el Boletín Oficial del Estado la licitación de una asistencia técnica por valor de 1.557.417 euros para redactar proyectos sobre estas dos experiencias piloto, en apoyo de la CHE.
La asistencia técnica también redactará proyectos para una tercera medida, la creación de cauces de alivio en algunos municipios, actuación que ya cuentan con el consenso de todos los afectados y que fue decidida en una reunión anterior de la comisión técnica para estudiar las mejoras medioambientales del tramo medio del Ebro.
Estos cauces son canales excavados y revegetados, situados en una altura superior al cauce del río, lo que permitirá que el agua tenga paso por dos vías cuando haya avenidas. Estos cauces de alivio se van a realizar en las localidades de Novillas, Pradilla, Boquiñeni, Alcalá, Cabañas y Pina de Ebro. También se va a estudiar su viabilidad en Gallur y Remolinos.
Tanto esta medida como las dos anteriores, se recogerán en el nuevo Plan Hidrológico de la Demarcación del Ebro que se está desarrollando y se aprobará a finales de 2009. Para su elaboración, la CHE está promoviendo en la fase de participación debates abiertos con ayuntamientos, asociaciones y grupos técnicos.
ESTUDIO.
El presidente de la CHE informó de que el estudio sobre las zonas inundables del tramo medio del Ebro se ofrece en la página web del Organismo de Cuenca (www.chebro.es), que también se va a facilitar a los ayuntamientos, porque "es importante para la planificación del desarrollo urbanístico y para la toma de decisiones de los particulares".
Este documento ha sido elaborado por el Organismo de Cuenca y ha supuesto una inversión de 577.800 euros del Gobierno de España. El ámbito del estudio abarca 295 kilómetros de río, lo que supone una superficie de 86.500 hectáreas.
Se compone de láminas cartográficas sobre la que se representan con modelos digitales las cotas alcanzadas por el agua con caudales de avenida de avenida ordinaria y extraordinarias.
Estas láminas se han realizado sobre cartografía definida con la avanzada tecnología LIDAR que incluye vuelos cartográficos con digitalización de las imágenes obtenidas. En estos planos se han aplicado los datos que la CHE tiene de estudios hidrológicos.
Por su parte, la comisión técnica para estudiar las mejoras medioambientales del tramo medio del Ebro fue creada por la Confederación y está formada por representantes de colegios profesionales y técnicos de las comunidades autónomas implicadas, Navarra, La Rioja y Aragón. Además, se ha contado con las aportaciones de los ayuntamientos de las localidades ribereñas.
Estas medidas han sido analizadas hoy en la sede de la CHE en la reunión de trabajo de la comisión técnica para estudiar las mejoras medioambientales del tramo medio del Ebro --en la que hay representación de las tres comunidades autónomas afectadas, La Rioja, Navarra y Aragón-- y en una segunda reunión de los alcaldes ribereños.
El presidente de la CHE, José Luis Alonso, trasladó en rueda de prensa que estas medidas se desarrollarán siempre que cuenten con el apoyo de los afectados ya que "vamos a seguir uniendo y cohesionando a todos" para conseguir el objetivo de que "las poblaciones ribereñas tengan más seguridad ante las avenidas, tanto los núcleos urbanos, como el patrimonio" de forma que "aprendamos a convivir con las inundaciones porque no está en nuestra mano evitarlas".
La CHE presentó hoy tanto a la comisión técnica como a los alcaldes el 'Estudio hidráulico del eje del Ebro, entre la desembocadura del Ega y el embalse de Mequinenza', que analiza las zonas inundables que puede haber en las avenidas que ocurren cada 2, 5, 10, 25, 50, 100 y 500 años, tanto con las motas instaladas actualmente, como en el supuesto de que no hubiera motas.
El estudio revela que a partir de los diez años "las motas empiezan a ser rebasadas", dijo Alonso. Para hacer frente a esta situación, el presidente de la CHE se refirió a las dos medidas señaladas anteriormente, que se estudian como proyectos pilotos y que se aplicarían en dos tramos lineales del eje medio del Ebro.
Se trata del tramo que hay entre La Rioja y Navarra, concretamente entre la desembocadura del río Aragón y Tudela, de unos 25 kilómetros, y el tramo que transcurre entre Sobradiel y la reserva de La Alfranca, unos 50 kilómetros aguas arriba y aguas abajo de la ciudad de Zaragoza.
MEDIDAS PILOTO.
La primera de las medidas consiste en crear una segunda línea de defensa a las motas, que permitiría "contener las avenidas" que se producen cada 25 años, subrayó Alonso. Los análisis realizados sobre el terreno han permitido comprobar que se puede crear esa segunda línea siguiendo "más o menos la geografía del terreno", y aprovechando en ocasiones caminos y acequias existentes.
La segunda media consistiría en permeabilizar las motas existentes a través de la construcción en ellas de unas cavidades y unas compuertas que se abrirían en caso de que "veamos que la mota va a ser rebasada", disponiendo de un sistema que permitirá "regular la entrada del caudal" en la zona inundable, de forma que éste saliera "lentamente para no causar daño en los campos", dijo Alonso.
El presidente de la CHE aclaró que los mayores daños de las riadas "se producen por la erosión que genera la velocidad del agua", velocidad que con este sistema se controlaría.
José Luis Alonso indicó que ya se ha publicado en el Boletín Oficial del Estado la licitación de una asistencia técnica por valor de 1.557.417 euros para redactar proyectos sobre estas dos experiencias piloto, en apoyo de la CHE.
La asistencia técnica también redactará proyectos para una tercera medida, la creación de cauces de alivio en algunos municipios, actuación que ya cuentan con el consenso de todos los afectados y que fue decidida en una reunión anterior de la comisión técnica para estudiar las mejoras medioambientales del tramo medio del Ebro.
Estos cauces son canales excavados y revegetados, situados en una altura superior al cauce del río, lo que permitirá que el agua tenga paso por dos vías cuando haya avenidas. Estos cauces de alivio se van a realizar en las localidades de Novillas, Pradilla, Boquiñeni, Alcalá, Cabañas y Pina de Ebro. También se va a estudiar su viabilidad en Gallur y Remolinos.
Tanto esta medida como las dos anteriores, se recogerán en el nuevo Plan Hidrológico de la Demarcación del Ebro que se está desarrollando y se aprobará a finales de 2009. Para su elaboración, la CHE está promoviendo en la fase de participación debates abiertos con ayuntamientos, asociaciones y grupos técnicos.
ESTUDIO.
El presidente de la CHE informó de que el estudio sobre las zonas inundables del tramo medio del Ebro se ofrece en la página web del Organismo de Cuenca (www.chebro.es), que también se va a facilitar a los ayuntamientos, porque "es importante para la planificación del desarrollo urbanístico y para la toma de decisiones de los particulares".
Este documento ha sido elaborado por el Organismo de Cuenca y ha supuesto una inversión de 577.800 euros del Gobierno de España. El ámbito del estudio abarca 295 kilómetros de río, lo que supone una superficie de 86.500 hectáreas.
Se compone de láminas cartográficas sobre la que se representan con modelos digitales las cotas alcanzadas por el agua con caudales de avenida de avenida ordinaria y extraordinarias.
Estas láminas se han realizado sobre cartografía definida con la avanzada tecnología LIDAR que incluye vuelos cartográficos con digitalización de las imágenes obtenidas. En estos planos se han aplicado los datos que la CHE tiene de estudios hidrológicos.
Por su parte, la comisión técnica para estudiar las mejoras medioambientales del tramo medio del Ebro fue creada por la Confederación y está formada por representantes de colegios profesionales y técnicos de las comunidades autónomas implicadas, Navarra, La Rioja y Aragón. Además, se ha contado con las aportaciones de los ayuntamientos de las localidades ribereñas.