Miranda recover normality but five rivers in the catchment area of the Duero are on alert
Tue, 03/06/2008
Las lluvias del fin de semana, que se suman a dos meses de continuas precipitaciones, están empezando a crear problemas en el norte de la Comunidad. Segun informó ayer la Confederación Hidrográfica del Duero, cuatro municipios, dos de ellos en Palencia, uno en Burgos y uno en Soria se encuentran en situación de alerta —se ha dado aviso a Protección Civil— por la crecida de sus ríos, mientras uno de ellos, también en Burgos su situación es aún más grave y se encuentra en estado de alarma al desbordarse el río Ubierna, lo que ha obligado a cortar el acceso a una urbanización en Quintanilla de Vivar. Así, en la mañana de ayer habían superado el nivel de alerta el río Valdivia a su paso por la localidad palentina de Abia de las Torres, donde bajaba con algo más de 50 metros cúbicos por segundo, cuando el nivel de alerta está en 36, si bien el de alarma —cuando ya se produce el desbordamiento—se sitúa en los 131 metros por segundo. Además, la previsión era que el caudal continuase subiendo. Otro municipio en alerta, aunque ya por la tarde la situación parecía estabilizarse, es el burgalés de Villavieja de Muño, que contaba con un caudal de 102 metros cúbicos por segundo (la alerta está en 89 y la alarma en 127). Sin embargo, en Palencia, en Quintana del Puente, la previsión era que continuara la subida del caudal del Arlanza, que ayer bajaba con hasta 213 metros cúbicos por segundo, frente a los 159 en que se encuentra el umbral de alerta y los 258 de alarma. Fuentes de la Confederación Hidrográfica del Duero confirmaron a ABC que el caudal de todos los ríos de la cuenca es alto, por lo que de continuar las precipitaciones podrían aparecer nuevas complicaciones. Precisamente una de las localidades que ayer se encontraban en peor situación es la de Sotopalacios, en Burgos, con un caudal de 94 metros cúbicos, superando así el nivel de alerta y de alarma (situado en 21 y 40 metros cúbicos, respectivamente). El desbordamiento de este afluente de la Cuenca del Duero obligó en la tarde de ayer a cortar el acceso a una urbanización de una localidad próxima, Quintanilla de Vivar.No en alarma pero sí en estado de alerta se encontraba también ayer el municipio de Navapalos, en Soria, ya que el caudal del Duero, a su paso por la localidad, bajaba con 112 metros cúbicos, cuando el nivel de alerta está en 11 y el de alarma en 186. La Cuenca del Ebro Mientras, la situación en el municipio burgalés de Miranda de Ebro tendía a normalizarse a lo largo de la mañana pese a que la punta de la riada llegaba a la una de la madrugada de ayer, con 1.200 metros cúbicos por segundo y 5,3 metros de altura. En principio, según señalaron a ABC desde la Confederación Hidrográfica del Ebro, la tendencia era ayer ya a la baja, si bien todo dependerá de que se volviesen a producir precipitaciones de cierta intensidad. El domingo llegaron a caer en esta localidad 20 litros por metros cuadrado, un municipio en el que confluyen tres ríos, el Zadorra, el Ebro y el Bayas, además de pequeños afluentes procedentes de Vizcaya. El resultado fue el desbordamiento de algunas zonas como el Camino de la Arboleda o el barrio de los Pinos, lo que obligó al desalojo de dos familias con un total de once personas que fueron alojadas en el albergue juvenil «Fernán Gonzalez». Además, el Ayuntamiento de Miranda de Ebro recomendó desalojar los garajes cercanos al río y los establecimientos comerciales y cerró al tráfico algunas calles que se podían ver anegadas por el agua.Así, el albergue juvenil «Fernán González» disponía de 78 camas; la residencia «Francisco Hurtado», de diez, y el centro de día de 200 plazas. También la Delegación Territorial de la Junta en Burgos dispuso tres alojamientos temporales por si fuese necesario realizar nuevos desalojos para posibles evacuados. Durante la jornada de ayer también continuaron las complicaciones por la acumulación de agua en as carreteras., especialmente en la N_I (Madrid-Burgos) a su paso por la localidad burgalesa de Briviesca. F. ORDOÑEZÇ La punta de la riada llegaba a Miranda de Ebro a la una de la madrugada, cuando el río alcanzaba los 1.200 metros cúbicos