Environment correcting discarded in the new pact water transfers
Wed, 11/06/2008
Y tres meses después de las elecciones, Elena Espinosa compareció en el Congreso. Había expectación por escuchar a la superministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino. Pero en más de cuatro horas de comparecencia no anunció nuevas leyes ni medidas de impacto. Sí reiteró su propuesta para alcanzar un pacto nacional del agua. Pero rectificó el anuncio del pasado 2 de junio y ayer aclaró que no habrá trasvases entre cuencas, sino dentro de una misma confederación. Con una salvedad -que no aclaró a qué se debe-, el del Ródano a Cataluña, que el Ejecutivo sí contempla.
En una intervención leída, Espinosa avanzó las grandes líneas de su ministerio en la legislatura. Como sus competencias son enormes, pasó del gasóleo a la merluza y del Protocolo de Kioto a la pérdida de especies sin profundizar en ninguna.
Cuando llegó al tema del agua hizo una breve pausa. Llegaba lo importante: 'Lo que supongo que estarán esperando escuchar sus señorías es un pacto en el que el Gobierno no descarta a priori las interconexiones intracuencas'.
El 'intracuencas' no tiene nada que ver con el 'intercuencas' que el Gobierno lanzó una semana antes. Lo que ayer anunció Espinosa es que podrá haber trasvases pero siempre entre ríos de una misma cuenca (como ya hay cientos, el Ter-Llobregat o el Júcar-Vinalopó) pero no entre dos cuencas distintas. La ministra señaló que estudiará los trasvases 'que sean ambientalmente sostenibles, económicamente viables y socialmente aceptables', algo que a su juicio no cumplía el derogado trasvase del Ebro.
El Gobierno sostiene que paliará el déficit hídrico de 450 hectómetros al año del Segura (y revisado al alza por el aumento de población) sin aportes desde fuera de la cuenca. Lo que apuntó fue la utilización de aguas depuradas, que hasta diciembre no tenía un soporte legal.
El pacto nace cojo. El Partido Popular anunció que no lo apoya tal y como está concebido. 'Ustedes no buscan un pacto para solucionar los problemas del agua, sino para solucionar sus problemas electorales con el agua', le espetó el portavoz popular Carlos Floriano: 'No buscan el pacto sino la adhesión y a estas alturas no nos van a encontrar'. Floriano criticó que la política del Gobierno en materia de agua se base en 'la providencia', en si llueve o no.
Espinosa le recriminó que hubiera votado a favor en el Congreso del decreto ley que contemplaba la derogación del trasvase del Ebro a Barcelona si llovía y que ahora protestase porque no se fuese a construir la tubería.
En una intervención leída, Espinosa avanzó las grandes líneas de su ministerio en la legislatura. Como sus competencias son enormes, pasó del gasóleo a la merluza y del Protocolo de Kioto a la pérdida de especies sin profundizar en ninguna.
Cuando llegó al tema del agua hizo una breve pausa. Llegaba lo importante: 'Lo que supongo que estarán esperando escuchar sus señorías es un pacto en el que el Gobierno no descarta a priori las interconexiones intracuencas'.
El 'intracuencas' no tiene nada que ver con el 'intercuencas' que el Gobierno lanzó una semana antes. Lo que ayer anunció Espinosa es que podrá haber trasvases pero siempre entre ríos de una misma cuenca (como ya hay cientos, el Ter-Llobregat o el Júcar-Vinalopó) pero no entre dos cuencas distintas. La ministra señaló que estudiará los trasvases 'que sean ambientalmente sostenibles, económicamente viables y socialmente aceptables', algo que a su juicio no cumplía el derogado trasvase del Ebro.
El Gobierno sostiene que paliará el déficit hídrico de 450 hectómetros al año del Segura (y revisado al alza por el aumento de población) sin aportes desde fuera de la cuenca. Lo que apuntó fue la utilización de aguas depuradas, que hasta diciembre no tenía un soporte legal.
El pacto nace cojo. El Partido Popular anunció que no lo apoya tal y como está concebido. 'Ustedes no buscan un pacto para solucionar los problemas del agua, sino para solucionar sus problemas electorales con el agua', le espetó el portavoz popular Carlos Floriano: 'No buscan el pacto sino la adhesión y a estas alturas no nos van a encontrar'. Floriano criticó que la política del Gobierno en materia de agua se base en 'la providencia', en si llueve o no.
Espinosa le recriminó que hubiera votado a favor en el Congreso del decreto ley que contemplaba la derogación del trasvase del Ebro a Barcelona si llovía y que ahora protestase porque no se fuese a construir la tubería.