Espinosa, open to the consensus without ruling out any solution in water field
Wed, 24/09/2008
La ministra de Medio Ambiente y Medio Marino y Rural, Elena Espinosa, ha defendido hoy una política de agua abierta al diálogo y al consenso, sin dogmatismos y sin descartar a priori ningún de tipo de solución, con el apoyo de todas las administraciones públicas y los agentes económicos y sociales.
En una comparecencia en el Senado para explicar las líneas generales de su Departamento, Espinosa ha mencionado como los principales retos la gestión integral del agua, promover el
desarrollo del medio rural, conservar la biodiversidad, proteger las costas y los recursos marinos y la lucha contra el cambio climático.
En materia de agua, ha apostado por hacer compatible el desarrollo económico con el equilibrio ecológico de los recursos hídricos y ha mencionado, como un primer paso, el Plan Nacional de
Calidad de las Aguas, que se pondrá en ejecución a través de la firma de convenios con las comunidades autónomas en los próximos meses.
Espinosa ha asegurado que el desarrollo de la modernización de regadíos, el usuario del mayor volumen de agua, seguirá siendo prioritario, y ha apostado por la reutilización de aguas depuradas.
El Gobierno seguirá también desarrollando las desalinizadoras para reducir el déficit hídrico en las cuencas mediterráneas, ha dicho Espinosa, que ha recordado que España es el quinto país del mundo con mayor número de plantas.
La ministra ha defendido la protección de los recursos marinos, a través de las áreas marinas protegidas o del cierre de zonas donde se ha puesto de manifiesto la existencia de ecosistemas vulnerables.
El Gobierno va a crear nuevas áreas marinas protegidas -Islas Columbretes, Cabo de Creus, Canal de Menorca, Isla de Alborán y Banco de Galicia- que se sumarán a las ya existentes, y va a aprobar un plan de eliminación de residuos pesqueros en buques y puertos.
Dentro de la nueva división para la prevención y lucha contra la contaminación marítima, el Ministerio va a elaborar un mapa de sensibilidad y riesgo del litoral español y un estudio de la
vulnerabilidad de la bahía de Algeciras y su entorno frente a los vertidos de hidrocarburos.
En la protección del medio natural terrestre, las prioridades son la lucha contra el avance de la desertificación, que amenaza aproximadamente al 185 del territorio nacional, y el fomento de una gestión forestal sostenible.
La ministra ha considerado que España debe liderar la creación de nuevas Reservas de la Biosfera y ha destacado que la puesta en marcha de la Ley de Desarrollo Sostenible del Medio Rural es uno de los objetivos de los próximos meses.
La consecución de los compromisos asumidos por España sobre reducción de las emisiones de CO2 en el Protocolo de Kioto y en el seno de la Unión Europea será otro de los objetivos de esta
legislatura, y ha considerado que el Plan Nacional de adaptación al cambio climático es el marco adecuado para coordinar los esfuerzos.
Ha apostado por los biocombustibles de segunda generación, cuya producción no entra en conflicto con el debate sobre el incremento de los precios de los alimentos, y ha hecho un paralelismo de éstos con la energía eólica, cuestionada al principio de su implantación.
En materia de calidad ambiental, el Gobierno establecerá el principio de responsabilidad del productor a sectores a los que no se aplicó en la pasada legislatura y trabajará también en la
eficacia de las declaraciones de impacto ambiental, sin rebajar las garantías medioambientales ni el rigor de la evaluación.
En una comparecencia en el Senado para explicar las líneas generales de su Departamento, Espinosa ha mencionado como los principales retos la gestión integral del agua, promover el
desarrollo del medio rural, conservar la biodiversidad, proteger las costas y los recursos marinos y la lucha contra el cambio climático.
En materia de agua, ha apostado por hacer compatible el desarrollo económico con el equilibrio ecológico de los recursos hídricos y ha mencionado, como un primer paso, el Plan Nacional de
Calidad de las Aguas, que se pondrá en ejecución a través de la firma de convenios con las comunidades autónomas en los próximos meses.
Espinosa ha asegurado que el desarrollo de la modernización de regadíos, el usuario del mayor volumen de agua, seguirá siendo prioritario, y ha apostado por la reutilización de aguas depuradas.
El Gobierno seguirá también desarrollando las desalinizadoras para reducir el déficit hídrico en las cuencas mediterráneas, ha dicho Espinosa, que ha recordado que España es el quinto país del mundo con mayor número de plantas.
La ministra ha defendido la protección de los recursos marinos, a través de las áreas marinas protegidas o del cierre de zonas donde se ha puesto de manifiesto la existencia de ecosistemas vulnerables.
El Gobierno va a crear nuevas áreas marinas protegidas -Islas Columbretes, Cabo de Creus, Canal de Menorca, Isla de Alborán y Banco de Galicia- que se sumarán a las ya existentes, y va a aprobar un plan de eliminación de residuos pesqueros en buques y puertos.
Dentro de la nueva división para la prevención y lucha contra la contaminación marítima, el Ministerio va a elaborar un mapa de sensibilidad y riesgo del litoral español y un estudio de la
vulnerabilidad de la bahía de Algeciras y su entorno frente a los vertidos de hidrocarburos.
En la protección del medio natural terrestre, las prioridades son la lucha contra el avance de la desertificación, que amenaza aproximadamente al 185 del territorio nacional, y el fomento de una gestión forestal sostenible.
La ministra ha considerado que España debe liderar la creación de nuevas Reservas de la Biosfera y ha destacado que la puesta en marcha de la Ley de Desarrollo Sostenible del Medio Rural es uno de los objetivos de los próximos meses.
La consecución de los compromisos asumidos por España sobre reducción de las emisiones de CO2 en el Protocolo de Kioto y en el seno de la Unión Europea será otro de los objetivos de esta
legislatura, y ha considerado que el Plan Nacional de adaptación al cambio climático es el marco adecuado para coordinar los esfuerzos.
Ha apostado por los biocombustibles de segunda generación, cuya producción no entra en conflicto con el debate sobre el incremento de los precios de los alimentos, y ha hecho un paralelismo de éstos con la energía eólica, cuestionada al principio de su implantación.
En materia de calidad ambiental, el Gobierno establecerá el principio de responsabilidad del productor a sectores a los que no se aplicó en la pasada legislatura y trabajará también en la
eficacia de las declaraciones de impacto ambiental, sin rebajar las garantías medioambientales ni el rigor de la evaluación.