Los expertos empiezan a coincidir en que las lluvias no necesariamente disminuirán durante los próximos años sino que podrán ser más irregulares. No sólo se distribuirán de manera menos uniforme sino que cuando se registren precipitaciones serán más torrenciales.
Los embalses de superficie tienen una limitada capacidad de almacenamiento y cuando se producen lluvias intensas, en algunos casos, no tienen capacidad suficiente para almacenarla, se hace necesario abrir las compuertas, y se pierde así una cantidad importante de agua. Sin embargo, tal y como apunta el catedrático de Hidrogeología de la Universitat Jaume I de Castellón, Ignacio Morell, los acuíferos tienen gran capacidad para almacenar agua procedente de las lluvias torrenciales que se podrían producir en los próximos años. Para ello sería necesario implementar actuaciones de recarga artificial que favorecieran la infiltración.
Pero para que estos reservorios naturales se puedan utilizar es imprescindible conocer el estado en el que están y la capacidad que tienen. El agua que se almacene no se podrá rentabilizar si ese acuífero está contaminado o si se ha producido intrusión salina.
Además, el coste de extraer el agua de un acuífero, según Morell, es muy inferior al coste del agua desalada, que ronda los cincuenta céntimos por metro cúbico y al del agua trasvasada que pudiera llegar algún día desde el Ebro, que podría estar en el entorno de treinta a cuarenta céntimos.
El problema, según afirma Morell, es que todavía los acuíferos siguen siendo unos grandes desconocidos, aunque la Confederación Hidrográfica del Júcar está realizando numerosos estudios sobre las aguas subterráneas. Hasta ahora ya se sabe que el 51 por ciento del agua que consume la agricultura valenciana procede de acuíferos, porcentaje que se reduce hasta el 46 por ciento en el caso de los usos urbanos y hasta el 90 en el sector industrial.
Morell, que impartió una charla sobre la importancia estratégica de los acuíferos en la cuenca mediterránea en un curso celebrado en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, considera tan importante conservar y recuperar las aguas subterráneas que es partidario incluso de recargar los acuíferos con agua procedente de plantas depuradoras siempre que éstas hayan sido adecuadamente regeneradas.