Near 15000 geese spend the winter in the Lagoons of Villafafila (Zamora)
Mon, 08/12/2008
Cerca de 15.000 ejemplares de ánsar común se encuentran ya en las lagunas de Villafáfila (Zamora), donde pasan el invierno procedentes del norte de Europa. Es una de las especies más numerosas que llegan a este punto, aunque se espera que alcancen su número máximo a finales de este mes de diciembre, según informaron fuentes de la Junta de Castilla y León en Zamora.
La Reserva de las Lagunas de Villafáfila concentra el 50 por ciento de las anátidas invernantes de toda la comunidad, especie de aves que "ha crecido en las tres últimas décadas de forma exponencial". Este dato, según las mismas fuentes, "es muy destacable" si se compara con lo que sucede en toda la cuenca mediterránea donde las zonas húmedas son actualmente un bien escaso tanto por la fuerte sequía que afecta a todo el país durante ya varios años como por la acción del hombre.
El director de la reserva regional de Caza de las Lagunas de Villafáfila, Mariano Rodríguez, señaló que este es "un buen año" para conocer una de las zonas húmedas más importantes de España porque las escasas lluvias del otoño mantienen secas algunas lagunas, de manera que los animales están más concentrados en las superficies de agua que hay y es más fácil poder verlos.
La Reserva alberga durante esta época del año un gran contingente de aves de aproximadamente 30.000 ejemplares de variadas especies, unas sedentarias y otras que acuden en la época invernal. Este año se ha podido observar como especies singulares en días pasados la presencia de ánsares caretos y barnaclas cariblancas "especies poco frecuentes en estas latitudes".
La principal especie que se encuentra en estos momentos en la reserva es el ánsar común, con alrededor de 15.000 ejemplares. Al moverse en grandes bandadas, de carácter muy ruidoso, es la que da mayor espectacularidad a la Reserva. Junto a éstas se han podido ver en el pasado mes de noviembre hasta mil grullas, tan ruidosas y llamativas como los ánsares.
También se pueden ver grandes cantidades de las siguientes especies: ánade real (azulón) en el mes de noviembre había casi diez ejemplares, pato cuchara, cerceta común, ánade silbón, focha, cormorán común, avefrías, porrón común, porrón moñudo, gaviotas y ánade friso.
También, aunque en menor número, garceta, zampullín, correlinos común, archibebe común, aguja colinegra, avoceta, garza real y garcilla bueyera. "En definitiva, un gran elenco de aves, que bien de paso o porque permanezcan todo el año, hacen de este humedal un lugar ideal para los amantes de la naturaleza por su valor ornitológico y paisajístico".
Las máximas concentraciones de avifauna se alcanzan entre noviembre y febrero, pero la mayor diversidad de especies se consigue entre abril y junio. Junto a esta gran variedad de aves asociada al agua, se encuentra todo el año una comunidad de aves diferente, colonizadora de los amplios espacios abiertos y secos; se trata de la avutarda, que mantiene aquí la mayor población del mundo. Y para enriquecer más si es posible, a todas las especies de aves mencionadas, hay que añadir en las zonas abiertas de esta Tierra de Campos una amplia gama de rapaces, que tienen aquí su hábitat de nidificación y campeo.
En estos últimos años se han acometido por parte de la Junta de Castilla y León diversas actuaciones para mejorar la infraestructura de uso público para los visitantes y el dar a conocer algunas de los elementos de más valor de los pueblos.
En este sentido, se han instalados nuevos telescopios gratuitos en algunas lagunas, se han editado folletos, se ha modificado parte de la exposición de la Casa del Parque para dar entrada a elementos ligados a la cultura tradicional de la zona, a la historia de las lagunas y especialmente a la explotación de la sal.
Los visitantes que vayan a la Reserva estos días disponen de tres observatorios de aves en Villafáfila, Villarrín y Revellinos, dos áreas temáticas al aire libre, una en Villarrín dedicada a las zonas húmedas y otra en las afueras del pueblo de Villárdiga dedicada a la estepa cerealista.
Además el visitante se encontrará con itinerarios marcados con balizas pintadas de verde y blanco que conducen a lugares emblemáticos como el camino que rodea la Laguna Grande, existiendo en el recorrido además paneles explicativos sobre el cernícalo primilla en Otero de Sariego y sobre el uso de las lagunas en el puente romano de Villafáfila.
La Reserva de las Lagunas de Villafáfila concentra el 50 por ciento de las anátidas invernantes de toda la comunidad, especie de aves que "ha crecido en las tres últimas décadas de forma exponencial". Este dato, según las mismas fuentes, "es muy destacable" si se compara con lo que sucede en toda la cuenca mediterránea donde las zonas húmedas son actualmente un bien escaso tanto por la fuerte sequía que afecta a todo el país durante ya varios años como por la acción del hombre.
El director de la reserva regional de Caza de las Lagunas de Villafáfila, Mariano Rodríguez, señaló que este es "un buen año" para conocer una de las zonas húmedas más importantes de España porque las escasas lluvias del otoño mantienen secas algunas lagunas, de manera que los animales están más concentrados en las superficies de agua que hay y es más fácil poder verlos.
La Reserva alberga durante esta época del año un gran contingente de aves de aproximadamente 30.000 ejemplares de variadas especies, unas sedentarias y otras que acuden en la época invernal. Este año se ha podido observar como especies singulares en días pasados la presencia de ánsares caretos y barnaclas cariblancas "especies poco frecuentes en estas latitudes".
La principal especie que se encuentra en estos momentos en la reserva es el ánsar común, con alrededor de 15.000 ejemplares. Al moverse en grandes bandadas, de carácter muy ruidoso, es la que da mayor espectacularidad a la Reserva. Junto a éstas se han podido ver en el pasado mes de noviembre hasta mil grullas, tan ruidosas y llamativas como los ánsares.
También se pueden ver grandes cantidades de las siguientes especies: ánade real (azulón) en el mes de noviembre había casi diez ejemplares, pato cuchara, cerceta común, ánade silbón, focha, cormorán común, avefrías, porrón común, porrón moñudo, gaviotas y ánade friso.
También, aunque en menor número, garceta, zampullín, correlinos común, archibebe común, aguja colinegra, avoceta, garza real y garcilla bueyera. "En definitiva, un gran elenco de aves, que bien de paso o porque permanezcan todo el año, hacen de este humedal un lugar ideal para los amantes de la naturaleza por su valor ornitológico y paisajístico".
Las máximas concentraciones de avifauna se alcanzan entre noviembre y febrero, pero la mayor diversidad de especies se consigue entre abril y junio. Junto a esta gran variedad de aves asociada al agua, se encuentra todo el año una comunidad de aves diferente, colonizadora de los amplios espacios abiertos y secos; se trata de la avutarda, que mantiene aquí la mayor población del mundo. Y para enriquecer más si es posible, a todas las especies de aves mencionadas, hay que añadir en las zonas abiertas de esta Tierra de Campos una amplia gama de rapaces, que tienen aquí su hábitat de nidificación y campeo.
En estos últimos años se han acometido por parte de la Junta de Castilla y León diversas actuaciones para mejorar la infraestructura de uso público para los visitantes y el dar a conocer algunas de los elementos de más valor de los pueblos.
En este sentido, se han instalados nuevos telescopios gratuitos en algunas lagunas, se han editado folletos, se ha modificado parte de la exposición de la Casa del Parque para dar entrada a elementos ligados a la cultura tradicional de la zona, a la historia de las lagunas y especialmente a la explotación de la sal.
Los visitantes que vayan a la Reserva estos días disponen de tres observatorios de aves en Villafáfila, Villarrín y Revellinos, dos áreas temáticas al aire libre, una en Villarrín dedicada a las zonas húmedas y otra en las afueras del pueblo de Villárdiga dedicada a la estepa cerealista.
Además el visitante se encontrará con itinerarios marcados con balizas pintadas de verde y blanco que conducen a lugares emblemáticos como el camino que rodea la Laguna Grande, existiendo en el recorrido además paneles explicativos sobre el cernícalo primilla en Otero de Sariego y sobre el uso de las lagunas en el puente romano de Villafáfila.