The invasion of 26 exotic species threatens the wealth of the Galician rivers
Thu, 23/04/2009
¿Cómo puede llegar una almeja originaria del continente asiático hasta aguas gallegas? ¿Y un mejillón procedente de los mares Negro y Caspio? ¿Cómo el cultivo de un tipo de bambú chino se convierte casi casi en una cosecha habitual en la comunidad? Pues por unos cuantos motivos que tienen detrás directa o indirectamente lo que en ecología se bautiza como la mano del hombre. En los últimos cien años, y con especial intensidad en la última década, son muchos los casos de especies atípicas que se han hecho un hueco en la geografía de Galicia. Con todos los gravísimos problemas que acarrea para la fauna y la flora autóctonas: variaciones genéticas, introducción de enfermedades, transformación del hábitat. Una "pérdida sustancial en los índices de abundancia y riqueza de la biodiversidad", según los expertos, que puede acabar incluso con la desaparición de ejemplares propios de aquí. En los grandes ríos gallegos, el número de especies exóticas invasoras alcanza ya las 26, según un reciente estudio de la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil.
El organismo celebra hoy unas jornadas de trabajo para diseñar un plan de choque contra la proliferación de estos peligrosos animales y plantas. Un documento base con el que ponerse manos a la obra en el que se destaca la gravedad de la situación en las cuencas más importantes de la comunidad. "La introducción y expansión de especies exóticas invasoras representa en la actualidad una de las principales causas de pérdida de biodiversidad en la Demarcación Hidrográfica del Miño-Sil", reconocen los científicos.
Hasta el punto de que el aumento de fauna y flora foránea y todos los impactos que provocan en el entorno "pueden poner en riesgo" el logro de los objetivos medioambientales establecidos en la Directiva Marco del Agua. Con ella, la Unión Europea pretende prevenir y reducir la contaminación, fomentar el uso sostenible, proteger el medio acuático y paliar los efectos de las inundaciones y de las sequías.
La alerta por la invasión de especies exóticas no es exclusiva de los ríos gallegos. Es un fenómeno global, sí. Pero lo que aquí sucede tiene ciertos matices que dificultan todavía más dar con una solución eficaz y, mientras tanto, frenar los desequilibrios que producen. Por un lado, que las especies nativas gallegas tienen poca capacidad de dispersión, para cambiar de asentamiento; por otro, que los ecosistemas vinculados al Miño y al Sil son especialmente frágiles.
Un idóneo caldo de cultivo para la presencia de especies que nada tienen que ver con la biodiversidad gallega como el lucio, el pez mosquito, la perca americana o la trucha arcoiris. Además de los peces, los otros ejemplos de fauna que están causando "impactos relevantes" son el cangrejo rojo americano -destruye la vegetación, es un depredador voraz y porta la afanomicosis, la principal causa de la desaparición del cangrejo de río autóctono-, la almeja china o el visón americano, introducido en el medio natural a través de los ejemplares que escapan de las granjas peleteras y que también se considera un depredador muy potente y un vehículo de transmisión de enfermedades. En el catálogo de las especies más problemáticas que afectan a su cuenca, la Confederación Hidrográfica del Norte incluye el conocido mejillón cebra, que actualmente no está presente en los ríos de esta demarcación pero sí posee "una elevada potencialidad de invasibilidad a corto y medio plazo". "La proporción de flora alóctona de nuestros bosques de ribera comienza a ser elevada y continúa en aumento", advierten desde el organismo. A su introducción accidental se une en este caso la importación para cultivo, aprovechamiento forestal y el uso ornamental. Las más representativas y extendidas, sobre todo en los tramos medio y bajo de los ríos, son la cabellera de la reina, el plumero o hierba de la pampa -usado mucho en las medianas de las autovías y autopistas-, la oreja de gato o amor de hombre, la hierba de cuchillo y, como no, el siempre polémico eucalipto.
El organismo celebra hoy unas jornadas de trabajo para diseñar un plan de choque contra la proliferación de estos peligrosos animales y plantas. Un documento base con el que ponerse manos a la obra en el que se destaca la gravedad de la situación en las cuencas más importantes de la comunidad. "La introducción y expansión de especies exóticas invasoras representa en la actualidad una de las principales causas de pérdida de biodiversidad en la Demarcación Hidrográfica del Miño-Sil", reconocen los científicos.
Hasta el punto de que el aumento de fauna y flora foránea y todos los impactos que provocan en el entorno "pueden poner en riesgo" el logro de los objetivos medioambientales establecidos en la Directiva Marco del Agua. Con ella, la Unión Europea pretende prevenir y reducir la contaminación, fomentar el uso sostenible, proteger el medio acuático y paliar los efectos de las inundaciones y de las sequías.
La alerta por la invasión de especies exóticas no es exclusiva de los ríos gallegos. Es un fenómeno global, sí. Pero lo que aquí sucede tiene ciertos matices que dificultan todavía más dar con una solución eficaz y, mientras tanto, frenar los desequilibrios que producen. Por un lado, que las especies nativas gallegas tienen poca capacidad de dispersión, para cambiar de asentamiento; por otro, que los ecosistemas vinculados al Miño y al Sil son especialmente frágiles.
Un idóneo caldo de cultivo para la presencia de especies que nada tienen que ver con la biodiversidad gallega como el lucio, el pez mosquito, la perca americana o la trucha arcoiris. Además de los peces, los otros ejemplos de fauna que están causando "impactos relevantes" son el cangrejo rojo americano -destruye la vegetación, es un depredador voraz y porta la afanomicosis, la principal causa de la desaparición del cangrejo de río autóctono-, la almeja china o el visón americano, introducido en el medio natural a través de los ejemplares que escapan de las granjas peleteras y que también se considera un depredador muy potente y un vehículo de transmisión de enfermedades. En el catálogo de las especies más problemáticas que afectan a su cuenca, la Confederación Hidrográfica del Norte incluye el conocido mejillón cebra, que actualmente no está presente en los ríos de esta demarcación pero sí posee "una elevada potencialidad de invasibilidad a corto y medio plazo". "La proporción de flora alóctona de nuestros bosques de ribera comienza a ser elevada y continúa en aumento", advierten desde el organismo. A su introducción accidental se une en este caso la importación para cultivo, aprovechamiento forestal y el uso ornamental. Las más representativas y extendidas, sobre todo en los tramos medio y bajo de los ríos, son la cabellera de la reina, el plumero o hierba de la pampa -usado mucho en las medianas de las autovías y autopistas-, la oreja de gato o amor de hombre, la hierba de cuchillo y, como no, el siempre polémico eucalipto.