Agbar and ACS are inaugurated the major desalination plant of Europe
Tue, 21/07/2009
Aguas de Barcelona, degrémont, dragados y drace inauguraron ayer la planta del Prat, con capacidad para generar el 24% del agua consumida en el área metropolitana de Barcelona.
Barcelona ya bebe agua del mar. Ayer entró en funcionamiento la nueva desaladora de El Prat de Llobregat, con capacidad para generar el 24% del agua que consume el área metropolitana. La nueva instalación servirá para reducir progresivamente la captación de agua del río Ter y respetar sus caudales mínimos y para asegurar el suministro de agua en épocas de sequía como la que se vivió el año pasado, alejando así el fantasma de las restricciones domésticas.
Los ciudadanos notarán una mejora inmediata en la calidad del agua, que perderá olor y sabor. Se prevé que se reduzca el consumo de agua envasada en el área metropolitana de Barcelona actualmente de un 58% y también que se necesiten menos reparaciones de equipos domésticos afectados por la cal.
Coste
El contrapunto a las ventajas de la desalación lo pone su elevado coste. La producción de agua desalada cuesta casi el doble que la del agua potabilizada (0,60 euros el metro cúbico y 0,32 euros, respectivamente). El conseller de Medio Ambiente de la Generalitat, Francesc Baltasar, ha prometido que el encarecimiento de los costes no se repercutirá en el recibo del agua para los ciudadanos. El 75% de la instalación, que ha costado 230 millones, se ha financiado con fondos de la Unión Europea y otra parte con el dinero que aporta la disposición adicional del Estatuto de Cataluña.
La desaladora tiene una capacidad de producción anual de 60 hectómetros cúbicos y es la más grande de Europa para uso doméstico. Puede producir hasta el 24% del agua del área metropolitana, aunque se usará en función de las lluvias y de la capacidad de los embalses y sólo funcionará al máximo rendimiento en épocas de sequía. La obra ha sido realizada por un consorcio liderado por Aguas de Barcelona (Agbar), con una participación del 40%; por Degrémont (filial del grupo francés Suez), con un 35%; y por ACS, que ha participado en un 25% a través de la constructora Dragados y la filial Drace. Los encargados de inaugurar la instalación fueron la ministra de Medio Ambiente, Elena Espinosa, el presidente de la Generalitat, José Montilla, y el conseller de Medio Ambiente de la Generalitat, Francesc Baltasar.
El proyecto
La planta ha costado 230 millones, financiados en un 75% por fondos europeos.
Agbar ha liderado la UTE constructora, formada por empresas de Suez y ACS.
La instalación tiene capacidad para producir 60 hectómetros cúbicos anuales.
Barcelona ya bebe agua del mar. Ayer entró en funcionamiento la nueva desaladora de El Prat de Llobregat, con capacidad para generar el 24% del agua que consume el área metropolitana. La nueva instalación servirá para reducir progresivamente la captación de agua del río Ter y respetar sus caudales mínimos y para asegurar el suministro de agua en épocas de sequía como la que se vivió el año pasado, alejando así el fantasma de las restricciones domésticas.
Los ciudadanos notarán una mejora inmediata en la calidad del agua, que perderá olor y sabor. Se prevé que se reduzca el consumo de agua envasada en el área metropolitana de Barcelona actualmente de un 58% y también que se necesiten menos reparaciones de equipos domésticos afectados por la cal.
Coste
El contrapunto a las ventajas de la desalación lo pone su elevado coste. La producción de agua desalada cuesta casi el doble que la del agua potabilizada (0,60 euros el metro cúbico y 0,32 euros, respectivamente). El conseller de Medio Ambiente de la Generalitat, Francesc Baltasar, ha prometido que el encarecimiento de los costes no se repercutirá en el recibo del agua para los ciudadanos. El 75% de la instalación, que ha costado 230 millones, se ha financiado con fondos de la Unión Europea y otra parte con el dinero que aporta la disposición adicional del Estatuto de Cataluña.
La desaladora tiene una capacidad de producción anual de 60 hectómetros cúbicos y es la más grande de Europa para uso doméstico. Puede producir hasta el 24% del agua del área metropolitana, aunque se usará en función de las lluvias y de la capacidad de los embalses y sólo funcionará al máximo rendimiento en épocas de sequía. La obra ha sido realizada por un consorcio liderado por Aguas de Barcelona (Agbar), con una participación del 40%; por Degrémont (filial del grupo francés Suez), con un 35%; y por ACS, que ha participado en un 25% a través de la constructora Dragados y la filial Drace. Los encargados de inaugurar la instalación fueron la ministra de Medio Ambiente, Elena Espinosa, el presidente de la Generalitat, José Montilla, y el conseller de Medio Ambiente de la Generalitat, Francesc Baltasar.
El proyecto
La planta ha costado 230 millones, financiados en un 75% por fondos europeos.
Agbar ha liderado la UTE constructora, formada por empresas de Suez y ACS.
La instalación tiene capacidad para producir 60 hectómetros cúbicos anuales.