La Confederación Miño-Sil difundió ayer el resultado de las investigaciones sobre la contaminación que sufrió el cauce del Sil hace casi dos semanas por un vertido que tuvo su origen en el pantano de Peñarrubia, en Carucedo. Los técnicos del organismo hidrográfico concluyen tras sus indagaciones que los vertidos contaminantes proceden de la cantera de piedra que la empresa Catisa posee en el entorno del embalse de Endesa.

En el informe sobre el episodio de contaminación que sufrió el rio se detectan metales, fundamentalmente hierro y manganeso, que delatan que la mancha que cubrió el curso fluvial hasta la comarca de Valdeorras proviene de la mencionada explotación de áridos.

Al hilo de las conclusiones de la investigación, la Confederación Miño-Sil ya ha impuesto una primera sanción a la empresa por daños al dominio público que se cifra en 12.004 euros. Esta es la cantidad en la que se valoran los perjuicios ocasionados por la contaminación. Pero ahora se abre un nuevo trámite para evaluar la cuantía de la multa definitiva por un hecho catalogado como grave.

La cantera de Catisa, sin embargo, aún siendo el origen del vertido según las pesquisas de los técnicos de la Confederación, no es la única que se expone a las acciones sancionadoras.

Al juzgado

En el punto de mira también se sitúa Endesa como propietaria del embalse de Peñarrubia, pues es en el fondo de este pantano donde se acumulaban los desechos de la cantera que se incorporaron como una gran mancha al Sil al proceder la eléctrica a limpia su cañal de Quereño.

Fuentes de la Confederación confirmaron que al margen de esta intervención, el expediente sobre la contaminación del Sil entre el Bierzo y Valdeorras ya se ha remitido a la Fiscalía de Medio Ambiente de León y también al Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 2 de la capital de la provincia.