The Polytechnical University of Cartagena proposes to flood the salt marshes of the Mar Menor to reduce their pollution
Wed, 26/08/2009
Una tesis defendida en la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) concluye que la inundación controlada de los saladares formados en la desembocadura de las ramblas de La Marina del Carmolí y Lo Poyo, en el Mar Menor, reduciría la contaminación del agua provocada por la acumulación de metales pesados.
El estudio ha sido presentado por un alumno del Departamento de Ciencia y Tecnología Agraria de la UPCT, Antonio María Cervantes, que tras más de cuatro años de investigación asegura que esos saladares presentan elevadas concentraciones de metales como arsénico, cadmio, plomo y zinc y que éstos pueden transferirse a la cadena alimentaria a través del ganado o del consumo de moluscos.
Por eso, en su tesis aconseja limitar el pastoreo y el acceso incontrolado de la población a las zonas afectadas, así como el consumo de espárragos, tallos tiernos de almarjos y caracolas, extraídos de las áreas contaminadas «ya que en alto consumo podría ser tóxico», explicó este alumno.
De la Sierra Minera
La investigación, que ha recibido sobresaliente Cum Laude, se ha centrado en la extracción de muestras de sedimentos y vegetación sobre ocho kilómetros de costa, desde El Carmolí hasta Los Nietos. Las conclusiones del trabajo señalan que en esta zona se sobrepasan los contenidos permitidos por diversas legislaciones nacionales y europeas en arsénico, cadmio, plomo y zinc que han sido arrastrados hasta allí a lo largo de más de cincuenta años, por la actividad minera en la Sierra Cartagena-La Unión.
La tesis, denominada Aproximación a los riesgos derivados de la presencia de residuos mineros en saladares del entorno del Mar Menor: dinámica de metales pesados y arsénico y su acumulación en plantas y moluscos, ha sido dirigida por el profesor del área de Edafología y Química Agrícola de la UPCT , José Álvarez Rogel.
Antonio María Cervantes defendió que cualquier plan que se desarrolle en la zona debe, «primero reducir la ingente cantidad de residuos mineros que existen en los lechos de las ramblas y en los pantanos de estériles mineros de la Sierra, para así evitar el continuo aporte de contaminantes a los saladares, a través de su arrastre». Para ello propone su soterramiento.
El estudio ha sido presentado por un alumno del Departamento de Ciencia y Tecnología Agraria de la UPCT, Antonio María Cervantes, que tras más de cuatro años de investigación asegura que esos saladares presentan elevadas concentraciones de metales como arsénico, cadmio, plomo y zinc y que éstos pueden transferirse a la cadena alimentaria a través del ganado o del consumo de moluscos.
Por eso, en su tesis aconseja limitar el pastoreo y el acceso incontrolado de la población a las zonas afectadas, así como el consumo de espárragos, tallos tiernos de almarjos y caracolas, extraídos de las áreas contaminadas «ya que en alto consumo podría ser tóxico», explicó este alumno.
De la Sierra Minera
La investigación, que ha recibido sobresaliente Cum Laude, se ha centrado en la extracción de muestras de sedimentos y vegetación sobre ocho kilómetros de costa, desde El Carmolí hasta Los Nietos. Las conclusiones del trabajo señalan que en esta zona se sobrepasan los contenidos permitidos por diversas legislaciones nacionales y europeas en arsénico, cadmio, plomo y zinc que han sido arrastrados hasta allí a lo largo de más de cincuenta años, por la actividad minera en la Sierra Cartagena-La Unión.
La tesis, denominada Aproximación a los riesgos derivados de la presencia de residuos mineros en saladares del entorno del Mar Menor: dinámica de metales pesados y arsénico y su acumulación en plantas y moluscos, ha sido dirigida por el profesor del área de Edafología y Química Agrícola de la UPCT , José Álvarez Rogel.
Antonio María Cervantes defendió que cualquier plan que se desarrolle en la zona debe, «primero reducir la ingente cantidad de residuos mineros que existen en los lechos de las ramblas y en los pantanos de estériles mineros de la Sierra, para así evitar el continuo aporte de contaminantes a los saladares, a través de su arrastre». Para ello propone su soterramiento.