The ONU wants that poor women are
Thu, 19/11/2009
La pobreza, el analfabetismo, las guerras y conflicto deparan siempre un plus de sufrimiento adicional para las mujeres en todo el mundo. Y el cambio climático también victimiza por partida doble a las féminas de los países en desarrollo, los más vulnerables ante los peores efectos del calentamiento planetario. Es un círculo vicioso bien acreditado por los expertos; cuanto más pobres -y las mujeres siempre rompen por abajo todos los registros-, menos recursos para hacer frente a las sequías, olas de calor, inundaciones, pérdida de cosechas, subida del nivel del mar o tantas otras alteraciones inducidas por la sobredosis de CO2 atmosférico. Esta es la realidad. El Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA) la certifica pero no se detiene ahí.
Su informe 2009 subraya que, a pesar de la discriminación climática, las mujeres de los países del sur tienen en sus manos instrumentos valiosos de lucha contra el calentamiento global. «El cambio climático es más que una cuestión de eficiencia energética o de emisiones industriales de carbono; es también una cuestión de dinámica de la población, pobreza y equidad de género», asegura Thoraya Ahmed Obaid, directora ejecutiva de UNFPA en el informe, presentado simultáneamente en los cinco continentes.
Las mujeres de las regiones más pobres y castigadas por los desajustes del clima «no son meros agentes pasivos, tienen un potencial enorme» para alzarse como motores hacia un modelo de desarrollo más sostenible, refrendó Rogelio Fernández Castilla, responsable de la División de Asistencia Técnica de UNFPA durante la rueda de prensa española. Necesitan ayuda, claro. El documento, lanzado en vísperas de la cumbre del clima de Copenhague en diciembre, plantea distintas propuestas para sumar a la población femenina de los países del sur a la lucha contra el incremento de la temperatura de la Tierra. Una batalla que debe arrancar desde el control de la natalidad. Hay 7.000 millones de personas en el mundo. A más humanidad, mayor cantidad de emisiones de CO2.
Su informe 2009 subraya que, a pesar de la discriminación climática, las mujeres de los países del sur tienen en sus manos instrumentos valiosos de lucha contra el calentamiento global. «El cambio climático es más que una cuestión de eficiencia energética o de emisiones industriales de carbono; es también una cuestión de dinámica de la población, pobreza y equidad de género», asegura Thoraya Ahmed Obaid, directora ejecutiva de UNFPA en el informe, presentado simultáneamente en los cinco continentes.
Las mujeres de las regiones más pobres y castigadas por los desajustes del clima «no son meros agentes pasivos, tienen un potencial enorme» para alzarse como motores hacia un modelo de desarrollo más sostenible, refrendó Rogelio Fernández Castilla, responsable de la División de Asistencia Técnica de UNFPA durante la rueda de prensa española. Necesitan ayuda, claro. El documento, lanzado en vísperas de la cumbre del clima de Copenhague en diciembre, plantea distintas propuestas para sumar a la población femenina de los países del sur a la lucha contra el incremento de la temperatura de la Tierra. Una batalla que debe arrancar desde el control de la natalidad. Hay 7.000 millones de personas en el mundo. A más humanidad, mayor cantidad de emisiones de CO2.