The norm on fluvial fishing receives critics of fishermen and ecologists

Thu, 19/11/2009

La Voz de Asturias

La nueva normativa para el 2010 de la pesca fluvial parece no contentar a nadie. Los pescadores la consideran demasiado restrictiva, y los conservacionistas creen que eran necesarias medidas más estrictas. Mientras, Belén Fernández, viceconsejera de Medio Ambiente, ve el texto como "la ley del equilibrio de la virtud", y manifiesta que se hizo con dos objetivos prioritarios: por un lado la conservación de la especie. Por el otro, garantizar la presencia de los pescadores en las riberas.
A grandes rasgos, la ley marca unos plazos en los que se podrá pescar según la modalidad: pesca a mosca sin muerte, cebo o mosca con muerte. Pero los pescadores lo resumen de forma drástica: "Nos dejan mes y medio para pescar", explica Antón Caldevilla, de la asociación El Esmerillón. Además, reducen el cupo mínimo a tres ejemplares por pescador y temporada, y marcan una talla mínima de 45 centímetros, y una máxima de 70.
Celestino Pérez, de la asociación Las Mestas del Narcea, explicó que, aunque entendía que la consejería pensara principalmente en la conservación de la especie, hay dos reivindicaciones irrenunciables para los pescadores y que no se han atendido: "La pesca con todas las artes tradicionales hasta el 30 de junio y que existan como mínimo tres días para acudir a pescar a las zonas libres". Además, comentó que en un futuro serán estas las principales peticiones que realizarán desde la asociación.
Pérez comentó que "desde el Principado han realizado la parte fácil, la de apretar a los pescadores", y añadió que esperaba que una vez hecho esto, "comiencen de una vez por todas a cumplir con sus responsabilidades". En este sentido, hizo hincapié en la necesidad de llevar a cabo cuestiones como el control del cormorán, los vertidos industriales, la vigilancia de los ríos para evitar el furtivisimo, la instalación de contadores de ejemplares en las cabeceras y sobre todo, el control de las pesquerías que se realizan en alta mar.
De una opinión muy similar es Delfín Puente, presidente de la Real Asociación Asturiana de Pesca Fluvial, que hizo hincapié en que "no hay ningún tipo de control en las pescas que se realizan en el oceáno". Puente, de todas formas, y salvando algún detalle, explicó que considera la norma como "aceptable". "Somos conscientes de que ahora mismo, el estado de la población del salmón es prioritario frente a los pescadores", añadió el presidente de Asturiana de Pesca.
Mucho más crítico se mostró Antón Caldevilla. El presidente del Esmerillón ve muy escasos los días de pesca con muerte, y critica el hecho de que "se amontone a los pescadores". "Dicen de bajar la presión sobre los salmones pero nos amontonan a todos a la vez, y encima en el Sella junto a las canoas", explicó. Además, Caldevilla cargó contra la viceconsejera de Medio Ambiente y explicó que "todos estos problemas vienen porque quien hace la norma no pescó en su vida". Por ello, critica cuestiones como se permita la mosca sin muerte en el último periodo: "Hay van a morir más peces que en todo el periodo anterior", sentenció.