Alert by the high introduction of exotic fish in the province, especially in the Doñana National Park
Sat, 21/11/2009
Un estudio del Centro Internacional de Estudios y Convenciones Ecológicas y Medioambientales (Ciecem), ubicado en Almonte (Huelva), sobre el impacto de los peces exóticos en la provincia alerta de que "el 50 por ciento de las especies capturadas en el área del Parque Nacional de Doñana son foráneas", lo que se traduce en la zona "más amenazada de la provincia por estos peces invasores que incluso pueden provocar la extinción de las especies nativas".
Así lo aseguró a Europa Press el presidente del Ciecem, José Prenda Marín, quien explicó que la presencia de estos peces en el área del Doñana se debe, entre otras razones, a su posición en el tramo final del río Guadalquivir, donde recibe gran parte de las influencias negativas del resto de la cuenca, "muy modificada" por la acción humana.
En este sentido, el director del estudio expuso que "la única manera de poner remedio a esta situación es a través de la prevención, especialmente de la educación ambiental, ya que muchas de las especies exóticas son liberadas a ríos y embalses "de forma bienintencionada". En otros casos son los propios pescadores deportivos quienes las diseminan por variadas razones, como en el caso del alburno --procedente del norte de Europa-- lo que provoca "el aumento de estas especies".
Ante esto, Prenda recomendó a los ciudadanos que nunca suelten ejemplares exóticos en el medio natural, que antes los lleven "a los establecimientos donde los adquirieron, a asociaciones de defensa de los animales, o bien que contacten con la Consejería de Medio de Ambiente" para evitar así "el empobrecimiento de las zonas fluviales, lagunas o estanques".
Además, Prenda puntualizó que la mayoría de estos peces invasores, como el pez sol o la gambusia, entre otros, "no aportan nada al entorno y son generalmente especies indeseables", salvo en casos puntuales como la pesca deportiva, donde por ejemplo el blacbás es muy valorado. De este modo, entre algunos efectos negativos de estas especies destacó que "enturbian las aguas, empobrecen la biodiversidad del entorno y suponen una fuerte presión para los peces nativos, ya que acaban con ellos".
Por ello, según el estudio "se demuestra que de los vertebrados de Doñana los que más problemas de conservación con diferencia tienen son los peces" debido, como apuntó Prenda, "al gran número de especies exóticas presentes en sus aguas y a la importante pérdida de nativas, fenómenos sin duda vinculados". Así mismo, remarcó que "en la conservación de Doñana siempre se hace mucho más hincapié en los mamíferos y en las aves, que en los peces o en otros grupos de vertebrados".
De este modo, Prenda explicó que en La Rocina, --uno de los principales aportes de agua a las marismas del Parque Nacional de Doñana--, hay especies como el cachuelo que se han extinguido "probablemente como consecuencia de la introducción del blacbás y del cangrejo rojo americano".
DATOS DEL ESTUDIO
En este estudio del Ciecem, elaborado en 55 tramos fluviales distribuidos por el conjunto de la provincia se han identificado 18 especies de peces, de los cuales, seis de ellas (33,3 por ciento) son exóticas, y 12 nativas (66,7 por ciento). Desde el punto de vista del número de ejemplares capturado, a las nativas correspondió el 79,3 por ciento frente al 20,7 a las exóticas, "lo que pone de manifiesto la magnitud del problema ya que aunque parezca un porcentaje bajo no lo es", matizó Prenda.
Asimismo, explicó que las especies nativas más amenazadas son "las bogas, el calandino y sin duda con un mayor riesgo el jarabugo" debido a que "todos son presas fáciles de los depredadores exóticos por su pequeña talla".
En cualquier caso, Prenda destacó que "la situación de las especies nativas en Huelva es relativamente positiva comparada con el contexto ibérico", no obstante insistió en que "no hay que ser optimistas ya que puede ir a peor".
Así lo aseguró a Europa Press el presidente del Ciecem, José Prenda Marín, quien explicó que la presencia de estos peces en el área del Doñana se debe, entre otras razones, a su posición en el tramo final del río Guadalquivir, donde recibe gran parte de las influencias negativas del resto de la cuenca, "muy modificada" por la acción humana.
En este sentido, el director del estudio expuso que "la única manera de poner remedio a esta situación es a través de la prevención, especialmente de la educación ambiental, ya que muchas de las especies exóticas son liberadas a ríos y embalses "de forma bienintencionada". En otros casos son los propios pescadores deportivos quienes las diseminan por variadas razones, como en el caso del alburno --procedente del norte de Europa-- lo que provoca "el aumento de estas especies".
Ante esto, Prenda recomendó a los ciudadanos que nunca suelten ejemplares exóticos en el medio natural, que antes los lleven "a los establecimientos donde los adquirieron, a asociaciones de defensa de los animales, o bien que contacten con la Consejería de Medio de Ambiente" para evitar así "el empobrecimiento de las zonas fluviales, lagunas o estanques".
Además, Prenda puntualizó que la mayoría de estos peces invasores, como el pez sol o la gambusia, entre otros, "no aportan nada al entorno y son generalmente especies indeseables", salvo en casos puntuales como la pesca deportiva, donde por ejemplo el blacbás es muy valorado. De este modo, entre algunos efectos negativos de estas especies destacó que "enturbian las aguas, empobrecen la biodiversidad del entorno y suponen una fuerte presión para los peces nativos, ya que acaban con ellos".
Por ello, según el estudio "se demuestra que de los vertebrados de Doñana los que más problemas de conservación con diferencia tienen son los peces" debido, como apuntó Prenda, "al gran número de especies exóticas presentes en sus aguas y a la importante pérdida de nativas, fenómenos sin duda vinculados". Así mismo, remarcó que "en la conservación de Doñana siempre se hace mucho más hincapié en los mamíferos y en las aves, que en los peces o en otros grupos de vertebrados".
De este modo, Prenda explicó que en La Rocina, --uno de los principales aportes de agua a las marismas del Parque Nacional de Doñana--, hay especies como el cachuelo que se han extinguido "probablemente como consecuencia de la introducción del blacbás y del cangrejo rojo americano".
DATOS DEL ESTUDIO
En este estudio del Ciecem, elaborado en 55 tramos fluviales distribuidos por el conjunto de la provincia se han identificado 18 especies de peces, de los cuales, seis de ellas (33,3 por ciento) son exóticas, y 12 nativas (66,7 por ciento). Desde el punto de vista del número de ejemplares capturado, a las nativas correspondió el 79,3 por ciento frente al 20,7 a las exóticas, "lo que pone de manifiesto la magnitud del problema ya que aunque parezca un porcentaje bajo no lo es", matizó Prenda.
Asimismo, explicó que las especies nativas más amenazadas son "las bogas, el calandino y sin duda con un mayor riesgo el jarabugo" debido a que "todos son presas fáciles de los depredadores exóticos por su pequeña talla".
En cualquier caso, Prenda destacó que "la situación de las especies nativas en Huelva es relativamente positiva comparada con el contexto ibérico", no obstante insistió en que "no hay que ser optimistas ya que puede ir a peor".