Las trombas de agua y los vientos huracanados que azotan de forma intermitente casi todo Portugal han causado estragos en el país, donde las caídas de postes y árboles cortaron carreteras y dejaron a 350.000 familias sin luz. El temporal ha causado también interrupciones del tráfico, sobre todo en las carreteras del norte, y retrasos y desvíos de vuelos, tanto en el Portugal continental como en las islas Azores y Madeira. Tras las inundaciones que sufrió en la madrugada del martes la región de Oporto, en las últimas horas las lluvias torrenciales y los vientos de hasta 140 kilómetros por hora causaron destrozos en muchos distritos, especialmente en la zona central. Aunque solo hay daños materiales, Protección Civil mantiene a todo el país en alerta por el mal tiempo previsto para los próximos días. Los bomberos y los cuerpos de seguridad no han tenido tregua desde el martes para atender centenares de peticiones de ayuda por casas anegadas, tejados arrancados, automóviles inmovilizados, derrumbamientos y caída de árboles y tendidos eléctricos. En Beja tres hombres tuvieron que ser rescatados de un árbol por un helicóptero tras quedar atrapados en una riada que se llevó su automóvil cuando circulaban cerca de Castro Verde. En Torres Vedras, a 66 kilómetros al norte de Lisboa, se declaró el estado de emergencia municipal por los destrozos causados en las últimas horas por la lluvia y el viento, que derribó decenas de árboles. En Oporto un gran árbol cayó sobre la céntrica avenida Boavista, donde el martes cientos de viviendas se quedaron sin luz por las lluvias que inundaron los transformadores. En Castelo Branco, a 230 kilómetros al noreste de la capital, los bomberos tuvieron que retirar más de una treintena de árboles de las vías públicas, mientras al sureste del país, en Santarém, las principales vías tuvieron cortes temporales y algunas familias tuvieron que ser realojadas. Tampoco se salvaron de los estragos del temporal las islas Azores y la de Madeira, donde varios vuelos fueron cancelados.