Spain leads an European study on the conflicts that the water will cause
Thu, 25/02/2010
Un proyecto europeo liderado por España estudiará durante los próximos tres años los conflictos políticos y sociales que pueden provocar en Europa y África los fenómenos hidroclimáticos, como la sequía, las inundaciones y el aumento del nivel del mar, para plantear actuaciones que garanticen la paz.
El estudio, que es el único proyecto europeo de investigación en el ámbito de las ciencias sociales y humanas que coordina una institución española, estará dirigido por el Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales (ICTA) y profesores del departamento de Geografía la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB).
Uno de los coordinadores del proyecto, Giorgios Kallis, ha explicado hoy en rueda de prensa que se centrarán en once puntos de Europa y África, que les servirán de termómetro para calibrar los riesgos de conflicto que pueden comportar en el futuro las transformaciones en el agua que provocará el cambio climático.
Kallis ha precisado que no parten de la tesis de que se producirá una "guerra del agua", porque en cinco mil años no ha habido ninguna, pero sí una multiplicación de conflictos de diversos grados, muchos de ellos en base a una cadena de problemas: ausencia de agua, pérdidas en la agricultura, pobreza, procesos migratorios forzosos y conflicto.
Por ello, se centrarán en tratar de buscar soluciones que eviten que los grupos humanos más vulnerables sufran nuevas consecuencias por culpa del cambio climático.
Los especialistas que participan en el estudio, que cuenta con un presupuesto de 3,8 millones de euros, observarán con lupa durante el próximo trienio la evolución de once puntos geográficos que ya reúnen condiciones excepcionales, como por ejemplo el Delta del Ebro, uno de los ecosistemas más amenazados por el cambio climático.
En este sentido, otro de los coordinadores y responsable de la investigación en el Delta del Ebro, Christos Zografos, ha señalado que se centrarán en analizar la "vulnerabilidad" de la zona, que según las previsiones más catastrofistas podría quedar inundada en un siglo.
Zografos ha detallado que si no se actúa contra la subida del nivel del mar, la zona del Delta puede quedar cubierta por agua hasta un 80% de su superficie, de forma que a finales de siglo la urbanización de Riumar quedaría totalmente anegada.
La invasión de agua salada también provoca perjuicios en los arrozales y en la actividad turística, por lo que se pierden unos 100 millones de euros al año, según Zografos.
Otros de los escenarios que el estudio utilizará como "termómetro" son la isla de Chipre, donde las lluvias han bajado un 20% en las últimas cuatro décadas; la biosfera Andalucía-Marruecos, donde el declive agrícola provoca olas de inmigración; Níger, también víctima de la sequía, o Sudán, donde la sequía, las inundaciones y la desertización agravan los conflictos en el Darfur.
También se estudiará la evolución de la Cuenca del Seyhan, en Turquía, (donde hasta el año 2070 las temperaturas podrían subir más de tres grados y medio); el desierto del Sinaí, en Egipto, y la cuenca del Nilo, que cubre el tramo entre Etiopía, Egipto y Sudán.
Además, también se investigará la sequía en la cuenca del río Jordán, en Israel, Palestina y Jordania. Precisamente, en esta parte del estudio participarán el departamento de Geografía de Israel, un grupo Hidrológico de Palestina y una organización científica israelí-palestina radicada en Bruselas.
El estudio, que es el único proyecto europeo de investigación en el ámbito de las ciencias sociales y humanas que coordina una institución española, estará dirigido por el Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales (ICTA) y profesores del departamento de Geografía la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB).
Uno de los coordinadores del proyecto, Giorgios Kallis, ha explicado hoy en rueda de prensa que se centrarán en once puntos de Europa y África, que les servirán de termómetro para calibrar los riesgos de conflicto que pueden comportar en el futuro las transformaciones en el agua que provocará el cambio climático.
Kallis ha precisado que no parten de la tesis de que se producirá una "guerra del agua", porque en cinco mil años no ha habido ninguna, pero sí una multiplicación de conflictos de diversos grados, muchos de ellos en base a una cadena de problemas: ausencia de agua, pérdidas en la agricultura, pobreza, procesos migratorios forzosos y conflicto.
Por ello, se centrarán en tratar de buscar soluciones que eviten que los grupos humanos más vulnerables sufran nuevas consecuencias por culpa del cambio climático.
Los especialistas que participan en el estudio, que cuenta con un presupuesto de 3,8 millones de euros, observarán con lupa durante el próximo trienio la evolución de once puntos geográficos que ya reúnen condiciones excepcionales, como por ejemplo el Delta del Ebro, uno de los ecosistemas más amenazados por el cambio climático.
En este sentido, otro de los coordinadores y responsable de la investigación en el Delta del Ebro, Christos Zografos, ha señalado que se centrarán en analizar la "vulnerabilidad" de la zona, que según las previsiones más catastrofistas podría quedar inundada en un siglo.
Zografos ha detallado que si no se actúa contra la subida del nivel del mar, la zona del Delta puede quedar cubierta por agua hasta un 80% de su superficie, de forma que a finales de siglo la urbanización de Riumar quedaría totalmente anegada.
La invasión de agua salada también provoca perjuicios en los arrozales y en la actividad turística, por lo que se pierden unos 100 millones de euros al año, según Zografos.
Otros de los escenarios que el estudio utilizará como "termómetro" son la isla de Chipre, donde las lluvias han bajado un 20% en las últimas cuatro décadas; la biosfera Andalucía-Marruecos, donde el declive agrícola provoca olas de inmigración; Níger, también víctima de la sequía, o Sudán, donde la sequía, las inundaciones y la desertización agravan los conflictos en el Darfur.
También se estudiará la evolución de la Cuenca del Seyhan, en Turquía, (donde hasta el año 2070 las temperaturas podrían subir más de tres grados y medio); el desierto del Sinaí, en Egipto, y la cuenca del Nilo, que cubre el tramo entre Etiopía, Egipto y Sudán.
Además, también se investigará la sequía en la cuenca del río Jordán, en Israel, Palestina y Jordania. Precisamente, en esta parte del estudio participarán el departamento de Geografía de Israel, un grupo Hidrológico de Palestina y una organización científica israelí-palestina radicada en Bruselas.