Battle of the Nile water
Sun, 18/04/2010
«El único asunto que podría llevar a Egipto de nuevo a la guerra es el agua», aseguró en 1979 el difunto presidente Anuar el-Sadat. El mandatario acababa de firmar los acuerdos de paz con Israel, e intuyó que la única amenaza para la supervivencia del país vendría del Nilo, que se convertiría entonces, como sigue siendo hoy, en un tema de seguridad nacional.
Diez países comparten la ribera del segundo río más largo del mundo, pero es Egipto, y en menor medida Sudán, los únicos que actualmente tienen derecho a explotar sus recursos hídricos. Estados como Etiopía, cuyas lluvias aportan el 90% del caudal del mítico río a través del Nilo Azul y otros afluentes, apenas consumen un 2% del agua.
El 'statu quo' de la repartición del Nilo se ha mantenido en gran parte debido a la inestabilidad política que ha reinado en los países de la región. Pero la situación ha cambiado. Los pueblos que una vez fueron destrozados por guerras y cruentos golpes de Estado empiezan a recobrar su equilibrio, y ya no están dispuestos a ver pasar las aguas del Nilo sin sacar algún tipo de provecho.
Los ministros de Recursos Hídricos y Riego de los diez países ribereños -Egipto, Sudán, Etiopía, Eritrea, Uganda, Kenia, República Democrática del Congo, Ruanda, Burundi y Tanzania- se han vuelto a reunir esta semana en Egipto para buscar un acuerdo que permita repartir el Nilo de forma más equitativa. No es la primera vez. Desde que se creara en 1999 la Iniciativa de la Cuenca del Nilo, los países de la región se han reunido de forma periódica. Pero vista su incapacidad para llegar a un consenso, tampoco será la última.
Ocho de los diez países quieren firmar un acuerdo marco que permita establecer unas reglas para el uso, desarrollo y protección del río.
Pero Egipto y Sudán, cuyos derechos se remontan a acuerdos firmados en el siglo XX con la potencia colonial de la época, Reino Unido, no están dispuestos a ceder. Quieren que todos los acuerdos se alcancen por unanimidad, lo que les concedería capacidad de veto en el supuesto de que alguno de los países decidiera construir una presa o cualquier proyecto que mermara el caudal que llega río abajo.
El acuerdo, han anunciado, se firmará el 14 de mayo con o sin Egipto y Sudán, por lo que se intuye que se avecinan los problemas. Turistas disfrutan de un paseo en velero en el Nilo (Egipto).
PAULA ROSAS
Diez países comparten la ribera del segundo río más largo del mundo, pero es Egipto, y en menor medida Sudán, los únicos que actualmente tienen derecho a explotar sus recursos hídricos. Estados como Etiopía, cuyas lluvias aportan el 90% del caudal del mítico río a través del Nilo Azul y otros afluentes, apenas consumen un 2% del agua.
El 'statu quo' de la repartición del Nilo se ha mantenido en gran parte debido a la inestabilidad política que ha reinado en los países de la región. Pero la situación ha cambiado. Los pueblos que una vez fueron destrozados por guerras y cruentos golpes de Estado empiezan a recobrar su equilibrio, y ya no están dispuestos a ver pasar las aguas del Nilo sin sacar algún tipo de provecho.
Los ministros de Recursos Hídricos y Riego de los diez países ribereños -Egipto, Sudán, Etiopía, Eritrea, Uganda, Kenia, República Democrática del Congo, Ruanda, Burundi y Tanzania- se han vuelto a reunir esta semana en Egipto para buscar un acuerdo que permita repartir el Nilo de forma más equitativa. No es la primera vez. Desde que se creara en 1999 la Iniciativa de la Cuenca del Nilo, los países de la región se han reunido de forma periódica. Pero vista su incapacidad para llegar a un consenso, tampoco será la última.
Ocho de los diez países quieren firmar un acuerdo marco que permita establecer unas reglas para el uso, desarrollo y protección del río.
Pero Egipto y Sudán, cuyos derechos se remontan a acuerdos firmados en el siglo XX con la potencia colonial de la época, Reino Unido, no están dispuestos a ceder. Quieren que todos los acuerdos se alcancen por unanimidad, lo que les concedería capacidad de veto en el supuesto de que alguno de los países decidiera construir una presa o cualquier proyecto que mermara el caudal que llega río abajo.
El acuerdo, han anunciado, se firmará el 14 de mayo con o sin Egipto y Sudán, por lo que se intuye que se avecinan los problemas. Turistas disfrutan de un paseo en velero en el Nilo (Egipto).
PAULA ROSAS