Environmentalists say that 12 years after the catastrophe of pollution continues Boliden Aznalcóllar
Wed, 28/04/2010
La organización conservacionista Ecologistas en Acción advirtió hoy de que 12 años después de la catástrofe ambiental ocurrida por la rotura de la balsa de residuos tóxicos de la mina de Boliden en Aznalcóllar (Sevilla), aún quedan vestigios de contaminación en la zona.
Además, la organización criticó en un comunicado que de los 200 millones de euros que la Administración ambiental ha invertido en la restauración de la zona Boliden "no sólo no ha pagado un euro sino que incluso llegó a cobrar subvenciones públicas tras la catástrofe".
Para Ecologistas en Acción hay cuestiones sobre esta catástrofe que "no se deben olvidar", como, el tráfico de residuos industriales entre los polos químicos y la cuenca minera, que fue una práctica "generalizada y consentida", y, por otro, el hecho de que fue una "catástrofe anunciada".
Según apuntaron, la conclusión a la que se debió haber llegado, pero que la Administración "no ha querido atender, es que la minería a cielo abierto es incompatible con el mantenimiento de unas mínimas garantías ambientales".
Prueba de esto es, tal y como apuntaron los ecologistas, el último episodio de contaminación protagonizado por esta mina, que ha provocado la "muerte masiva de peces en el contraembalse del Agrio debido a lixiviados de las escombreras mineras".
A esto hay que sumar los "múltiples sustos" que se han registrado desde que entrara en funcionamiento la mina de Cobre-Las Cruces en Gerena, autorizada pocos años después de lo ocurrido en Aznalcóllar, que "ya ha provocado contaminación del acuífero, el hundimiento de la balsa de residuos peligrosos y de los taludes de la corta y serias dudas sobre la gestión de las aguas acumuladas en la corta", según afirmaron.
Así, Ecologistas en Acción pidieron se dirigieron a la sociedad andaluza para pedir que "no se resigne a sufrir esta amenaza permanente y a exigir de la Administración la prohibición de la minería a cielo abierto en nuestra tierra".
"Las ventajas aducidas por las multinacionales mineras son únicamente ventajas económicas para ellas a cambio de miles de hectáreas repletas de residuos altamente tóxicos que son una fuente de contaminación permanente de la que, en el mejor de los casos y mediante un esfuerzo económico ingente procedente de los recursos públicos, sólo se consigue minimizar la contaminación", señalaron.
Además, la organización criticó en un comunicado que de los 200 millones de euros que la Administración ambiental ha invertido en la restauración de la zona Boliden "no sólo no ha pagado un euro sino que incluso llegó a cobrar subvenciones públicas tras la catástrofe".
Para Ecologistas en Acción hay cuestiones sobre esta catástrofe que "no se deben olvidar", como, el tráfico de residuos industriales entre los polos químicos y la cuenca minera, que fue una práctica "generalizada y consentida", y, por otro, el hecho de que fue una "catástrofe anunciada".
Según apuntaron, la conclusión a la que se debió haber llegado, pero que la Administración "no ha querido atender, es que la minería a cielo abierto es incompatible con el mantenimiento de unas mínimas garantías ambientales".
Prueba de esto es, tal y como apuntaron los ecologistas, el último episodio de contaminación protagonizado por esta mina, que ha provocado la "muerte masiva de peces en el contraembalse del Agrio debido a lixiviados de las escombreras mineras".
A esto hay que sumar los "múltiples sustos" que se han registrado desde que entrara en funcionamiento la mina de Cobre-Las Cruces en Gerena, autorizada pocos años después de lo ocurrido en Aznalcóllar, que "ya ha provocado contaminación del acuífero, el hundimiento de la balsa de residuos peligrosos y de los taludes de la corta y serias dudas sobre la gestión de las aguas acumuladas en la corta", según afirmaron.
Así, Ecologistas en Acción pidieron se dirigieron a la sociedad andaluza para pedir que "no se resigne a sufrir esta amenaza permanente y a exigir de la Administración la prohibición de la minería a cielo abierto en nuestra tierra".
"Las ventajas aducidas por las multinacionales mineras son únicamente ventajas económicas para ellas a cambio de miles de hectáreas repletas de residuos altamente tóxicos que son una fuente de contaminación permanente de la que, en el mejor de los casos y mediante un esfuerzo económico ingente procedente de los recursos públicos, sólo se consigue minimizar la contaminación", señalaron.