The Ministery of Fomento leaves in the air the future of the desalted water for the irrigation

Fri, 21/05/2010

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La comparecencia del ministro de Fomento, José Blanco, en el Congreso anunciado que el recorte presupuestario del Gobierno (6.400 millones de euros) retrasará un año los plazos de ejecución de la obras del AVE, y sólo confirmando que se cumplirá con la llegada del tren de alta velocidad a Valencia, a finales de este año, abrió ayer la caja de los truenos en todas las administraciones valencianas. La Generalitat aseguró ayer que no sólo la principal infraestructura ferroviaria del país va a sufrir recortes, sino que también los regantes de la Vega Baja se van a ver afectados porque el Ministerio de Fomento no va a poder ayudarles, tal y como prometió, a pagarles parte del coste que tendrá el agua de la desalinizadora de Torrevieja que ellos se han comprometido a comprar y que, según está previsto supondrá cada año unos 40 hectómetros cúbicos.
Como se recordará, la empresa pública Aguas de la Cuenca Mediterránea (Acuamed), dependiente del Ministerio de Medio Ambiente, firmó con las comunidades de regantes un precio por metro cúbico de agua desalada que ascendía a 0,3 euros, aunque en realidad la tarifa es de 0,8 euros por metros cúbico, que es el coste real de su producción. Ese 0,5 euro por metro cuadrado que existe de diferencia entre lo que cuesta y lo que los agricultores iban a pagar estaba previsto que fuera subvencionado por el Gobierno. En total, una subvención anual que supera los 20 millones de euros anuales que la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS), ahora, no sabe de dónde los podrá sacar.
Así lo asegura el director general del Agua de la Generalitat Valenciana, José María Benlliure, tras consultar el Esquema de Temas Importantes (ETI) de la Confederación Hidrográfica del Segura. El Consell ha presentado alegaciones porque teme que los recortes presupuestarios impuestos en la Administración complican que Madrid pueda "enviar todos los años a la Confederación Hidrográfica del Segura los 20 millones de euros que se necesitan para que los agricultores puedan utilizar el caudal desalado. Ningún agricultor puede pagar el agua a 0,8 euros el metro cúbico", aseveró José María Benlliure.
La situación se produce al mismo tiempo que Acuamed está intentando completar de cara al otoño las obras previstas de la desalinizadora, la segunda más grande del mundo, y que había conseguido convencer a todos porque el agua que va a producir no sólo iba a dar de beber a los ciudadanos, también a los regantes.