The flooding of the Vistula river in their advance towards Warsaw triggers the alarm in the capital
Mon, 24/05/2010
El agua empezó ayer a inundar plazas y calles de las afueras de Varsovia, y las autoridades no descartan la necesidad de cerrar este lunes unas 120 escuelas y evacuar a 100.000 personas que viven en barrios de las orillas del el río Vístula.
Tras las inundaciones provocadas por tres días de intensas lluvias en amplias regiones del sur de Polonia, que se saldaron con la muerte de al menos 12 personas, la evacuación de miles de ciudadanos y cuantiosos daños materiales, la crecida del río Vístula amenaza la capital polaca.
El nivel del rió, en las cercanías de la capital, ha alcanzado su nivel más alto en los últimos 60 años: 7,80 metros de profundidad, y las fuertes corrientes que alborotan el agua preocupan a los varsovianos.
La alcaldesa de esta urbe de 1.600.000 habitantes, Hanna Gronkiewicz-Waltz, ha pedido a los habitantes que residen en zonas cercanas al río que estén preparados para hacer frente a una emergencia.
Según la alcaldesa, "la situación es seria, pero no dramática". Las autoridades municipales y el Gobierno han puesto en marcha un plan de prevención de inundaciones.
El objetivo prioritario es evitar muertes y heridos y limitar, en la medida de lo posible, los daños materiales. La capital de Polonia sufre de un enorme retraso en cuanto a infraestructuras y las lluvias provocan muy a menudo inundaciones de calles, carreteras, garajes y bajos de viviendas. En esta ocasión, los responsables gubernamentales y municipales se han adelantado a la catástrofe.
Máxima vigilancia
Desde hace varios días, bomberos, policías y otros cuerpos de seguridad patrullan por las zonas de mayor riesgo de la ciudad, secundados desde el cielo por helicópteros que vigilan cualquier movimiento sospechoso de las aguas del Vístula.
Las autoridades temen que se puedan romper los diques de contención del agua, que han sido reforzados con barreras de sacos terreros, unos 200.000 en toda la ciudad.
De momento, sólo han ocurrido rupturas en algunas zonas, "y es por eso que tenemos que estrechar la vigilancia y evitar comportamientos incívicos que pondrían en peligro la vida de los ciudadanos", explica Pawel, un joven policía municipal.
Con buceadores
Los bomberos tratan de limitar la afluencia del agua, ayudados por grupos de buceadores, y de evitar nuevos deslizamientos de tierra.
Danuta, que vive cerca de una zona afectada, en un viejo edificio gris y destartalado de la época comunista, expresa su "desesperación" por "la tragedia que nos invade", y cree que "los polacos sufrimos el enfado de la naturaleza, pero también la incompetencia de nuestros políticos y su falta de previsión".
Los medios de comunicación llevan días criticando al Gobierno por el mal estado de las infraestructuras del país, la falta de previsión frente a catástrofes naturales y la ausencia de planes contra las inundaciones.
El desbordamiento de las aguas del Vístula, que cruza el país de norte a sur, es navegable para barcos de poco tonelaje, y la ruptura de algunos diques, han inundado barrios enteros de otras ciudades grandes como Torun y Wroclaw.
Tras las inundaciones provocadas por tres días de intensas lluvias en amplias regiones del sur de Polonia, que se saldaron con la muerte de al menos 12 personas, la evacuación de miles de ciudadanos y cuantiosos daños materiales, la crecida del río Vístula amenaza la capital polaca.
El nivel del rió, en las cercanías de la capital, ha alcanzado su nivel más alto en los últimos 60 años: 7,80 metros de profundidad, y las fuertes corrientes que alborotan el agua preocupan a los varsovianos.
La alcaldesa de esta urbe de 1.600.000 habitantes, Hanna Gronkiewicz-Waltz, ha pedido a los habitantes que residen en zonas cercanas al río que estén preparados para hacer frente a una emergencia.
Según la alcaldesa, "la situación es seria, pero no dramática". Las autoridades municipales y el Gobierno han puesto en marcha un plan de prevención de inundaciones.
El objetivo prioritario es evitar muertes y heridos y limitar, en la medida de lo posible, los daños materiales. La capital de Polonia sufre de un enorme retraso en cuanto a infraestructuras y las lluvias provocan muy a menudo inundaciones de calles, carreteras, garajes y bajos de viviendas. En esta ocasión, los responsables gubernamentales y municipales se han adelantado a la catástrofe.
Máxima vigilancia
Desde hace varios días, bomberos, policías y otros cuerpos de seguridad patrullan por las zonas de mayor riesgo de la ciudad, secundados desde el cielo por helicópteros que vigilan cualquier movimiento sospechoso de las aguas del Vístula.
Las autoridades temen que se puedan romper los diques de contención del agua, que han sido reforzados con barreras de sacos terreros, unos 200.000 en toda la ciudad.
De momento, sólo han ocurrido rupturas en algunas zonas, "y es por eso que tenemos que estrechar la vigilancia y evitar comportamientos incívicos que pondrían en peligro la vida de los ciudadanos", explica Pawel, un joven policía municipal.
Con buceadores
Los bomberos tratan de limitar la afluencia del agua, ayudados por grupos de buceadores, y de evitar nuevos deslizamientos de tierra.
Danuta, que vive cerca de una zona afectada, en un viejo edificio gris y destartalado de la época comunista, expresa su "desesperación" por "la tragedia que nos invade", y cree que "los polacos sufrimos el enfado de la naturaleza, pero también la incompetencia de nuestros políticos y su falta de previsión".
Los medios de comunicación llevan días criticando al Gobierno por el mal estado de las infraestructuras del país, la falta de previsión frente a catástrofes naturales y la ausencia de planes contra las inundaciones.
El desbordamiento de las aguas del Vístula, que cruza el país de norte a sur, es navegable para barcos de poco tonelaje, y la ruptura de algunos diques, han inundado barrios enteros de otras ciudades grandes como Torun y Wroclaw.