The crisis of the Catalan Water Agency restrains tens of water sanitation projects
Tue, 25/05/2010
La depuradora de Mataró (Maresme), la más antigua de Cataluña, necesita modernizarse para que el sistema de depuración sea óptimo. Y la de Arenys de Mar es insuficiente para servir a las necesidades de la localidad, sobre todo durante la temporada turística. La introducción de mejoras en la primera requiere cerca de 4,9 millones de euros. La ampliación de la segunda, 1,63 millones. "Son los proyectos más gordos que tenemos parados de entre los que estaban previstos en el periodo entre 2007 y 2011", explica Eladi Torres, gerente del Consejo Comarcal del Maresme. "Estamos buscando una solución con la Agencia Catalana del Agua, hemos buscado financiación externa, pero las condiciones actuales no son fáciles; resulta cara", añade. Pero Mataró y Arenys no son un caso aislado.
Decenas de municipios catalanes tienen un sistema de saneamiento del agua deficiente por la paralización o los retrasos de numerosas actuaciones que debería haber acometido ya la Agencia Catalana del Agua (ACA), de resultas de la asfixia financiera de esta entidad pública, expuesta en el Parlament por su director general, Manel Hernández. La agencia, cuyo endeudamiento global roza los 2.000 millones de euros, debería haber invertido 802 millones de euros entre 2006 y 2008 en el marco del plan SARU (Saneamiento de Aguas Residuales Urbanas), con gran impacto territorial, puesto que afecta a 452 municipios de los 946 que hay en Cataluña.Sin embargo, incluso un año después de ese primer periodo -es decir, a 31 de diciembre de 2009-, la inversión efectuada asciende a 422 millones, a sólo el 52% de la cuantía prevista. Para 2010, el presupuesto estipulado asciende a 180 millones, pero no está claro su desembolso. Entre 2008 y 2014, la inversión estimada ascendía a 954 millones, que, en teoría, deben sumarse a los 802 que se supondría que ya deberían haber sido invertidos, según explican fuentes municipales con datos internos de la ACA.
Las 788 obras previstas en ese plan de la Agencia Catalana del Agua se reparten entre nuevas depuradoras y colectores "en alta", que se encargan de realizar la colección de las aguas que conducen a las depuradoras. La larga lista de actuaciones en el periodo 2006-2008, que incluye el tratamiento de fangos, pasa por la construcción de 228 estaciones de depuración nuevas. El resto de ellas deben bien ampliarse o bien adaptarse a los procesos de la normativa europea, que exige eliminar el nitrógeno y el fósforo.
"La inversión está muy repartida en el territorio, en muchos casos en municipios pequeños. El retraso de las inversiones de la ACA no es que paralice una gran obra emblemática, sino muchas pequeñas actuaciones que impiden el saneamiento de numerosas localidades", lamentan fuentes de uno de los municipios afectados, que pide anonimato.
Uno de los proyectos de más envergadura que podría sufrir impacto es el de la ampliación de la depuradora de Reus, cuya capacidad tiene que pasar de 25.000 metros cúbicos al día a 35.000 debido al crecimiento de la ciudad. "No tenemos notificación oficial por parte de la ACA de que se vaya a retrasar o cancelar esta actuación, pero tampoco hemos firmado aún el convenio", dice Ernest París, presidente del consejo de administración de Aigües de Reus. "Si el ACA anunciara la anulación, le pediríamos que se lo replanteara y que estamos dispuestos a hablar de periodos de financiación más cómodos", añade. El inicio de las obras se daba por hecho para este año.
Las dificultades económicas -la ACA declina hacer comentarios y se remite a las explicaciones que su director general dio en el Parlament hace medio año- agudizan las negociaciones entre la entidad y el mundo local.
La urgencia, por ejemplo, ha obligado a la ACA a recurrir a un crédito municipal para contener la riada artificial que parte en dos El Vendrell (Baix Penedès). El agua no deja de brotar desde que la misma agencia instaló en 2009 un tratamiento de aguas residuales para recuperar los acuíferos de la zona, lo que dio lugar a un improvisado torrente que el Ayuntamiento de la localidad exige canalizar antes de verano. La reclamación topó con la incapacidad económica de la entidad: la ACA alegó que no podía hacer frente a los cerca de 400.000 euros que cuestan los trabajos, por lo que el dinero lo aportará el propio Ayuntamiento en forma de préstamo.
"Dijeron que no tenían presupuesto, así que hemos optado por adelantarles el dinero", señala el concejal de Medio Ambiente de la localidad, Jaume Domingo.
La factura recaerá en la empresa municipal de aguas del municipio, Aigües de Tomoví. Esta concertará un crédito con el organismo medioambiental para sufragar el 95% del coste de las obras, que la ACA deberá devolver entre 2011 y 2012. El 5% restante del presupuesto lo asumirá el Ayuntamiento. "Nuestra prioridad es empezar las obras de forma inmediata para evitar posibles plagas y molestias de cara al verano. No concebimos que este proyecto pudiera permanecer así por más tiempo", argumenta Domingo.
El concejal se refiere al proyecto del ACA para recuperar los acuíferos de El Vendrell. La obra costó 2,6 millones de euros, se inauguró en abril del año pasado y recargó de agua, en efecto, toda la riera septentrional del municipio. Pero una vez recuperado el torrente, la nueva depuradora sigue vertiendo agua a un ritmo de varios millones de litros al día. Mediante la liquidez facilitada por el crédito municipal, la ACA empezará de forma inmediata los trabajos para canalizar el excedente hídrico mar adentro.
Decenas de municipios catalanes tienen un sistema de saneamiento del agua deficiente por la paralización o los retrasos de numerosas actuaciones que debería haber acometido ya la Agencia Catalana del Agua (ACA), de resultas de la asfixia financiera de esta entidad pública, expuesta en el Parlament por su director general, Manel Hernández. La agencia, cuyo endeudamiento global roza los 2.000 millones de euros, debería haber invertido 802 millones de euros entre 2006 y 2008 en el marco del plan SARU (Saneamiento de Aguas Residuales Urbanas), con gran impacto territorial, puesto que afecta a 452 municipios de los 946 que hay en Cataluña.Sin embargo, incluso un año después de ese primer periodo -es decir, a 31 de diciembre de 2009-, la inversión efectuada asciende a 422 millones, a sólo el 52% de la cuantía prevista. Para 2010, el presupuesto estipulado asciende a 180 millones, pero no está claro su desembolso. Entre 2008 y 2014, la inversión estimada ascendía a 954 millones, que, en teoría, deben sumarse a los 802 que se supondría que ya deberían haber sido invertidos, según explican fuentes municipales con datos internos de la ACA.
Las 788 obras previstas en ese plan de la Agencia Catalana del Agua se reparten entre nuevas depuradoras y colectores "en alta", que se encargan de realizar la colección de las aguas que conducen a las depuradoras. La larga lista de actuaciones en el periodo 2006-2008, que incluye el tratamiento de fangos, pasa por la construcción de 228 estaciones de depuración nuevas. El resto de ellas deben bien ampliarse o bien adaptarse a los procesos de la normativa europea, que exige eliminar el nitrógeno y el fósforo.
"La inversión está muy repartida en el territorio, en muchos casos en municipios pequeños. El retraso de las inversiones de la ACA no es que paralice una gran obra emblemática, sino muchas pequeñas actuaciones que impiden el saneamiento de numerosas localidades", lamentan fuentes de uno de los municipios afectados, que pide anonimato.
Uno de los proyectos de más envergadura que podría sufrir impacto es el de la ampliación de la depuradora de Reus, cuya capacidad tiene que pasar de 25.000 metros cúbicos al día a 35.000 debido al crecimiento de la ciudad. "No tenemos notificación oficial por parte de la ACA de que se vaya a retrasar o cancelar esta actuación, pero tampoco hemos firmado aún el convenio", dice Ernest París, presidente del consejo de administración de Aigües de Reus. "Si el ACA anunciara la anulación, le pediríamos que se lo replanteara y que estamos dispuestos a hablar de periodos de financiación más cómodos", añade. El inicio de las obras se daba por hecho para este año.
Las dificultades económicas -la ACA declina hacer comentarios y se remite a las explicaciones que su director general dio en el Parlament hace medio año- agudizan las negociaciones entre la entidad y el mundo local.
La urgencia, por ejemplo, ha obligado a la ACA a recurrir a un crédito municipal para contener la riada artificial que parte en dos El Vendrell (Baix Penedès). El agua no deja de brotar desde que la misma agencia instaló en 2009 un tratamiento de aguas residuales para recuperar los acuíferos de la zona, lo que dio lugar a un improvisado torrente que el Ayuntamiento de la localidad exige canalizar antes de verano. La reclamación topó con la incapacidad económica de la entidad: la ACA alegó que no podía hacer frente a los cerca de 400.000 euros que cuestan los trabajos, por lo que el dinero lo aportará el propio Ayuntamiento en forma de préstamo.
"Dijeron que no tenían presupuesto, así que hemos optado por adelantarles el dinero", señala el concejal de Medio Ambiente de la localidad, Jaume Domingo.
La factura recaerá en la empresa municipal de aguas del municipio, Aigües de Tomoví. Esta concertará un crédito con el organismo medioambiental para sufragar el 95% del coste de las obras, que la ACA deberá devolver entre 2011 y 2012. El 5% restante del presupuesto lo asumirá el Ayuntamiento. "Nuestra prioridad es empezar las obras de forma inmediata para evitar posibles plagas y molestias de cara al verano. No concebimos que este proyecto pudiera permanecer así por más tiempo", argumenta Domingo.
El concejal se refiere al proyecto del ACA para recuperar los acuíferos de El Vendrell. La obra costó 2,6 millones de euros, se inauguró en abril del año pasado y recargó de agua, en efecto, toda la riera septentrional del municipio. Pero una vez recuperado el torrente, la nueva depuradora sigue vertiendo agua a un ritmo de varios millones de litros al día. Mediante la liquidez facilitada por el crédito municipal, la ACA empezará de forma inmediata los trabajos para canalizar el excedente hídrico mar adentro.