Montearagón Reservoir has a modern emergency plan
Thu, 01/07/2010
La presa de Montearagón, cuyo llenado en pruebas comenzó el lunes pasado, cuenta con un moderno Plan de Emergencia que, en caso de riesgo, puede ser activado tanto desde la propia oficina de presa como desde la sede que la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) tiene en Zaragoza.
Se cuenta con dicha oficina de emergencia, sita junto a la presa y que tiene una sala de equipos y una zona habitable para caso de que la crisis se prolongara. Además, están allí instalados los sistemas de comunicaciones y han sido colocadas varias sirenas en los puntos con población que están en zona inundable, considerando la primera media hora de inundación en caso de rotura de la presa, es decir, en Tierz, la ermita de Salas, el Instituto Montearagón, Pompenillo y Lascasas, y, claro está, en la propia presa.
El plan de emergencia define una serie de escenarios dependiendo de la gravedad de la incidencia que se dé. Van del cero al tres, y cada escenario lleva aparajedas una serie de comunicaciones y tareas a realizar en la presa.
Las comunicaciones quedan aseguradas a través de las redes propias de la CHE, que están aseguradas en cuanto a energía con soluciones alternativas ya que, en una situación de máximo riesgo, es más que probable que quedaran suspendidos los sistemas habituales de comunicación.
En caso de emergencia, se envían faxes a los organismos implicados en cada escenario: Confederación Hidrográfica del Ebro, Protección Civil, Delegación del Gobierno.
La aplicación que se utiliza en este plan hace un seguimiento de todas las comunicaciones que se realizan y a la vez hay un grabador que registra todas las conversaciones que se hacen hacia afuera o de las que pudiesen entrar en un momento de crisis, para un posterior análisis.
El mismo programa ofrece una posibilidad que se llama entrenamiento, que permite probar todo el sistema sin generar ninguna alerta.
Las sirenas, por ejemplo, son electrónicas y tienen la posibilidad de una prueba en una frecuencia que es inaudible, con lo que se puede probar el sistema sin alertar a la población, lo que no se podía hacer hasta ahora. En este caso, también quedarían registradas todas las acciones realizadas para un posterior análisis.
Las sirenas sólo se activarían en el escenario tres, en caso de rotura de presa.
Las sirenas están concebidas como aviso a la población, aunque se tendría la información con el tiempo suficiente para que Protección Civil pudiese evacuar todas las poblaciones aguas abajo, y las sirenas se utilizarían más como último aviso a fuerzas de seguridad, protección civil, etcétera.
Desde el equipo instalado en la oficina de emergencia se puede hacer una visión de todas las alarmas que se pueden generar en cada emplazamiento, es decir, se puede supervisar todo el sistema.
Se cuenta con dicha oficina de emergencia, sita junto a la presa y que tiene una sala de equipos y una zona habitable para caso de que la crisis se prolongara. Además, están allí instalados los sistemas de comunicaciones y han sido colocadas varias sirenas en los puntos con población que están en zona inundable, considerando la primera media hora de inundación en caso de rotura de la presa, es decir, en Tierz, la ermita de Salas, el Instituto Montearagón, Pompenillo y Lascasas, y, claro está, en la propia presa.
El plan de emergencia define una serie de escenarios dependiendo de la gravedad de la incidencia que se dé. Van del cero al tres, y cada escenario lleva aparajedas una serie de comunicaciones y tareas a realizar en la presa.
Las comunicaciones quedan aseguradas a través de las redes propias de la CHE, que están aseguradas en cuanto a energía con soluciones alternativas ya que, en una situación de máximo riesgo, es más que probable que quedaran suspendidos los sistemas habituales de comunicación.
En caso de emergencia, se envían faxes a los organismos implicados en cada escenario: Confederación Hidrográfica del Ebro, Protección Civil, Delegación del Gobierno.
La aplicación que se utiliza en este plan hace un seguimiento de todas las comunicaciones que se realizan y a la vez hay un grabador que registra todas las conversaciones que se hacen hacia afuera o de las que pudiesen entrar en un momento de crisis, para un posterior análisis.
El mismo programa ofrece una posibilidad que se llama entrenamiento, que permite probar todo el sistema sin generar ninguna alerta.
Las sirenas, por ejemplo, son electrónicas y tienen la posibilidad de una prueba en una frecuencia que es inaudible, con lo que se puede probar el sistema sin alertar a la población, lo que no se podía hacer hasta ahora. En este caso, también quedarían registradas todas las acciones realizadas para un posterior análisis.
Las sirenas sólo se activarían en el escenario tres, en caso de rotura de presa.
Las sirenas están concebidas como aviso a la población, aunque se tendría la información con el tiempo suficiente para que Protección Civil pudiese evacuar todas las poblaciones aguas abajo, y las sirenas se utilizarían más como último aviso a fuerzas de seguridad, protección civil, etcétera.
Desde el equipo instalado en la oficina de emergencia se puede hacer una visión de todas las alarmas que se pueden generar en cada emplazamiento, es decir, se puede supervisar todo el sistema.