Death to the freshwater shark
Sat, 10/07/2010
El lució llegó a España, procedente de Francia, en 1949, por motivos deportivos. Pero de un tiempo a esta parte se ha convertido en un problema ecológico, al colonizar pantanos y ríos y destruir a los peces más pequeños. Es lo que sucede en el Zadorra. Que el tiburón de agua dulce, como se le conoce popularmente a este pez, acaba rápidamente con las truchas que dos veces por semana se 'lanzan' al río. Es su principal sustento.
Pero ahora, con la temporada de pesca de trucha recién finalizada y antes de que comience la del cangrejo, la Federación de Pesca de Álava, junto con la Diputación foral, ha acometido el descaste de lucios, su captura y muerte en definitiva.
Y en apenas dos días, en un pequeño tramo de apenas 650 metros de largo entre el puente de Eskalmendi y la presa de desembalse de las piscinas de Gamarra -en la zona superior del coto intensivo-, técnicos y guardas de la federación han capturado un decena de lucios de unas proporciones considerables, «de más de cinco kilos», explicaba ayer, aún en plena faena el biólogo Ramiro Asensio.
Emplearon la técnica de pesca eléctrica. Es decir, recorrieron el Zadorra con un electrodo positivo portátil conectado a un transformador que recibía la energía de un generador alimentado con gasolina. «Es la técnica que empleamos siempre en estos casos y que da buenos resultados», añadió Asensio, sobre todo en zonas de los ríos poco profundas. Ahora será el momento de analizar las características de los lucios, su estado de crecimiento (tamaño, peso...), las escamas -para conocer la edad- y, «sobre todo, el contenido estomacal». Porque los lucios son capaces de devorar las truchas de más de veinte centímetros que se sueltan. Además de esos diez «hermosos» tiburones de agua dulce, se capturaron otra decena de este tipo de peces de un kilo.
De esta manera, preservar las especies de trucha será más fácil, hasta que de nuevo los lucios, una especie exótica y alóctona, regresen al Zadorra. «El percasol también se encuentra en el río, pero no es depredador», añade Ramiro Asensio, también para tranquilidad de los aficionados vitorianos a la pesca, que en esta temporada han visto reducido el periodo. En lugar de finalizar el 31 de julio, la campaña concluyó el 30 de junio. Los recortes también han llegado a esta práctica lúdica y deportiva, incluso en el número de ejemplares que se podían pescar, cuatro ejemplares de trucha común y arco iris al día en lugar de cinco. Trabajadores de la Federación de Pesca se echaron ayer al Zadorra para coger los lucios.
Pero ahora, con la temporada de pesca de trucha recién finalizada y antes de que comience la del cangrejo, la Federación de Pesca de Álava, junto con la Diputación foral, ha acometido el descaste de lucios, su captura y muerte en definitiva.
Y en apenas dos días, en un pequeño tramo de apenas 650 metros de largo entre el puente de Eskalmendi y la presa de desembalse de las piscinas de Gamarra -en la zona superior del coto intensivo-, técnicos y guardas de la federación han capturado un decena de lucios de unas proporciones considerables, «de más de cinco kilos», explicaba ayer, aún en plena faena el biólogo Ramiro Asensio.
Emplearon la técnica de pesca eléctrica. Es decir, recorrieron el Zadorra con un electrodo positivo portátil conectado a un transformador que recibía la energía de un generador alimentado con gasolina. «Es la técnica que empleamos siempre en estos casos y que da buenos resultados», añadió Asensio, sobre todo en zonas de los ríos poco profundas. Ahora será el momento de analizar las características de los lucios, su estado de crecimiento (tamaño, peso...), las escamas -para conocer la edad- y, «sobre todo, el contenido estomacal». Porque los lucios son capaces de devorar las truchas de más de veinte centímetros que se sueltan. Además de esos diez «hermosos» tiburones de agua dulce, se capturaron otra decena de este tipo de peces de un kilo.
De esta manera, preservar las especies de trucha será más fácil, hasta que de nuevo los lucios, una especie exótica y alóctona, regresen al Zadorra. «El percasol también se encuentra en el río, pero no es depredador», añade Ramiro Asensio, también para tranquilidad de los aficionados vitorianos a la pesca, que en esta temporada han visto reducido el periodo. En lugar de finalizar el 31 de julio, la campaña concluyó el 30 de junio. Los recortes también han llegado a esta práctica lúdica y deportiva, incluso en el número de ejemplares que se podían pescar, cuatro ejemplares de trucha común y arco iris al día en lugar de cinco. Trabajadores de la Federación de Pesca se echaron ayer al Zadorra para coger los lucios.