The pilot of the phosphogypsum ponds in the Red River will have a diagnostic result for fall
Thu, 05/08/2010
El consejero andaluz de Medio Ambiente, José Juan Díaz Trillo, ha visitado la evolución del proyecto piloto de restauración que la empresa Tragsatec y la Universidad de Murcia están desarrollando en las marismas del Tinto para la regeneración de las balsas de fosfoyesos depositados por Fertiberia. El trabajo inicial comenzó ya hace varias semanas y las fases de diagnóstico y de propuesta de regeneración concluirá a finales de octubre.
En declaraciones a los periodistas, Díaz Trillo ha llamado a la tranquilidad de los ciudadanos, ya que “la transparencia, la información y la participación son los ejes de una buena política ambiental y esa va a ser la guía en la recuperación de estos terrenos”.
Por su parte, la profesora de la Universidad de Murcia, Carmen Pérez, indicó que mediante este proyecto “los fosfoyesos van a quedar debajo de tierra siendo lo importante que queden inactivos y que no causen ningún tipo de problemas, que se elimine cualquier riesgo”. El objetivo es cortar las vías de dispersión de cualquier contaminante que contenga este residuo, ya sea por aire, agua o por contacto.
Este proyecto piloto se está realizando en una parcela de 1.800 metros cuadrados de las 1.200 hectáreas que ocupan las balsas por entender que en ella se encuentra el suelo “más representativo posible” de toda la zona.
La directora general de Sostenibilidad de la Costa y el Mar del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Alicia de Paz, ha explicado que el objetivo del proyecto, que tiene un coste de un millón de euros, es que revele “cuál es la mejor propuesta de regeneración”.
En declaraciones a los periodistas, Díaz Trillo ha llamado a la tranquilidad de los ciudadanos, ya que “la transparencia, la información y la participación son los ejes de una buena política ambiental y esa va a ser la guía en la recuperación de estos terrenos”.
Por su parte, la profesora de la Universidad de Murcia, Carmen Pérez, indicó que mediante este proyecto “los fosfoyesos van a quedar debajo de tierra siendo lo importante que queden inactivos y que no causen ningún tipo de problemas, que se elimine cualquier riesgo”. El objetivo es cortar las vías de dispersión de cualquier contaminante que contenga este residuo, ya sea por aire, agua o por contacto.
Este proyecto piloto se está realizando en una parcela de 1.800 metros cuadrados de las 1.200 hectáreas que ocupan las balsas por entender que en ella se encuentra el suelo “más representativo posible” de toda la zona.
La directora general de Sostenibilidad de la Costa y el Mar del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Alicia de Paz, ha explicado que el objetivo del proyecto, que tiene un coste de un millón de euros, es que revele “cuál es la mejor propuesta de regeneración”.