The rainiest year from 1993 leaves the dams at 60% of it´s capacity
Mon, 30/08/2010
Un año de fenómenos extremos: el verano más tórrido de los últimos 30 años... tras el invierno más lluvioso registrado desde 1993, hace ya 17 años. Las copiosas precipitaciones caídas sobre la Comunidad durante el invierno y la primavera han resultado providenciales para el sector agrícola. Como resultado de ello, las reservas hídricas del Júcar ascienden en estos momentos a 1.126 hectómetros cúbicos: duplican la cifra registrada el año pasado en estas fechas y cuadruplican la media de los cinco últimos años (que es de 267 hectómetros).
La reserva del Júcar alcanzó su nivel más elevado el pasado mes de junio, tras una primavera abundante en lluvias, y su nivel más bajo el pasado mes de septiembre, con sólo 282 hectómetro cúbicos. La situación es similar en el Segura, que recibe aportaciones periódicas a través del trasvase del Tajo. En estos momentos, las reservas del Segura ascienden a 621 hectómetros cúbicos, ligeramente por debajo de los 713 registrados en junio. En cualquier caso, la cifra actual duplica la registrada hace un año y es también muy superior a la media del último quinquenio, que se sitúa en 176 hectómetros para las mismas fechas. En consecuencia, los embalses del Segura situados en la provincia de Alicante están al 60% de su capacidad. En cuanto al Júcar, bordean el 51% de su capacidad y almacenan un total de 1.704 hectómetros cúbicos de agua.
Pero lo mismo cabe decir de los embalses de Tajo, cuyo caudal se resiste a ceder a los regantes de la Comunidad la Junta de Castilla-La Mancha. En este momento, el embalse de Entrepeñas-Buendía almacena 1.150 hectómetros de agua, más del doble que hace un año.
No obstante, se trata de una situación coyuntural que no resuelve el problema endémico de sequía en el Levante español: el sector agrario advierte de que si la Junta de Castilla-La Mancha logra frenar y obstaculizar las transferencias de agua desde el Tajo, está en peligro el futuro de decenas de hectáreas de cítricos y hortalizas en la Comunidad Valenciana.
«El último año hidrológico, que comenzó el pasado mes de octubre y concluirá en septiembre, ha sido el más lluvioso de los últimos 17 años», explica el meteorólogo de Radio 9, Jovi Esteve. En la Comunidad, las precipitaciones han superado el promedio habitual en un 72% (aunque en la Marina Alta alicantina el superávit de lluvias ha sido del 120%). «Este superávit», señala Esteve, «ha permitido mantener las reservas, sin restricciones. En caso contrario, las elevadas temperaturas registradas este mes de agosto, que aceleran la evaporación en los embalses y disparan el consumo de agua, podrían haber provocado graves problemas». Imagen de archivo del pantano de La Pedrera, en Orihuela.
La reserva del Júcar alcanzó su nivel más elevado el pasado mes de junio, tras una primavera abundante en lluvias, y su nivel más bajo el pasado mes de septiembre, con sólo 282 hectómetro cúbicos. La situación es similar en el Segura, que recibe aportaciones periódicas a través del trasvase del Tajo. En estos momentos, las reservas del Segura ascienden a 621 hectómetros cúbicos, ligeramente por debajo de los 713 registrados en junio. En cualquier caso, la cifra actual duplica la registrada hace un año y es también muy superior a la media del último quinquenio, que se sitúa en 176 hectómetros para las mismas fechas. En consecuencia, los embalses del Segura situados en la provincia de Alicante están al 60% de su capacidad. En cuanto al Júcar, bordean el 51% de su capacidad y almacenan un total de 1.704 hectómetros cúbicos de agua.
Pero lo mismo cabe decir de los embalses de Tajo, cuyo caudal se resiste a ceder a los regantes de la Comunidad la Junta de Castilla-La Mancha. En este momento, el embalse de Entrepeñas-Buendía almacena 1.150 hectómetros de agua, más del doble que hace un año.
No obstante, se trata de una situación coyuntural que no resuelve el problema endémico de sequía en el Levante español: el sector agrario advierte de que si la Junta de Castilla-La Mancha logra frenar y obstaculizar las transferencias de agua desde el Tajo, está en peligro el futuro de decenas de hectáreas de cítricos y hortalizas en la Comunidad Valenciana.
«El último año hidrológico, que comenzó el pasado mes de octubre y concluirá en septiembre, ha sido el más lluvioso de los últimos 17 años», explica el meteorólogo de Radio 9, Jovi Esteve. En la Comunidad, las precipitaciones han superado el promedio habitual en un 72% (aunque en la Marina Alta alicantina el superávit de lluvias ha sido del 120%). «Este superávit», señala Esteve, «ha permitido mantener las reservas, sin restricciones. En caso contrario, las elevadas temperaturas registradas este mes de agosto, que aceleran la evaporación en los embalses y disparan el consumo de agua, podrían haber provocado graves problemas». Imagen de archivo del pantano de La Pedrera, en Orihuela.