The technicians eliminate the boron of the desalination plants
Wed, 01/09/2010
El boro ha dejado de ser un problema. Al menos, los técnicos han controlado las altas concentraciones de este elemento que malograba la potabilidad del agua desalada en los meses de verano, cuando se llegó a alcanzar los 1,2 miligramos por litro, un 20% más de lo permitido por la ley, en las plantas de Alicante I y San pedro del Pinatar I, las dos primeras que se construyeron en la cuenca del Segura. El director de la Mancomunidad de Canales del Taibilla, Andrés Martínez Francés, explica que ahora se está trabajando con nuevas membranas que rechazan el boro con mayor eficacia.
El momento más complicado se vivió en el verano de 2007, cuando se tuvieron que desechar 400.000 metros cúbicos que no eran aptos para el consumo humano. La temperatura del agua de mar en verano hacía que las antiguas membranas se dilataran y no retuvieran de forma suficiente el boro en el proceso de ósmosis inversa que separa la sal. Primero se combatió diluyendo los caudales desalados con agua continental, lo cual reducía la concentración de boro. Después se pensó en instalar un doble circuito de ósmosis inversa, con lo cual el agua volvía a pasar dos veces por las membranas para reducir el boro. En este año hidrológico -finaliza el 30 de septiembre- la producción de agua desalinizada será de 73 millones de metros cúbicos, un poco menos que el ejercicio anterior. Esto representa el 63% de la producción máxima anual, establecida en 116 millones, si bien la capacidad real no llega a los 100 millones en las cinco desaladoras que proporcionan agua para la población. A ello contribuyen las lluvias, que han resucitado las aportaciones del Taibilla. La otra parte la pone el Trasvase Tajo-Segura. En resumen, sube el Taibilla, baja la desalación y se mantiene el Trasvase.
Canales del Taibilla debe mantener un equilibrio entre estas tres fuentes de suministro para que no se dispare el precio del agua.
El consumo de agua para abastecimientos sigue descendiendo. En agosto se ha gastado un 5% menos respecto del año anterior, en el que también disminuyó la demanda, según explica Martínez Francés. El consumo medio de este mes es de 28 millones de metros cúbicos, necesarios para atender la mayor punta de población del territorio del Segura, que supera los 2,5 millones de habitantes con la afluencia de turistas. El descenso se ha notado sobre todo en el sector industrial. Las empresas de agroalimentación han reducido sus demandas hasta en un 50%. No porque haya bajado su producción en la misma proporción, sino porque emplean en sus procesos sistemas que les permite gastar menos agua. Los pantanos de la cuenca del Segura cuentan con unas reservas de 674 hectómetros cúbicos, dos menos que la pasada semana, según el Ministerio. En comparación con el año anterior, los embalses del Segura disponen de 369 hectómetros cúbicos más que en la misma fecha de 2009, y 484 hectómetros cúbicos más que la media que suele almacenar en esta época del año (190 hectómetros cúbicos). Ahora se encuentran al 59,1 por ciento de su capacidad total.
En el conjunto del país, la reserva hidráulica está al 70,1 por ciento de su capacidad total, con, 38.991 hectómetros. La cabecera del Tajo almacena 1.128 hectómetros y se encuentra al 66,5% en Entrepeñas y al 36,5% en Buendía. Toda la cuenca contiene 7.048 hectómetros. Dos técnicos comprueban una desaladora.
El momento más complicado se vivió en el verano de 2007, cuando se tuvieron que desechar 400.000 metros cúbicos que no eran aptos para el consumo humano. La temperatura del agua de mar en verano hacía que las antiguas membranas se dilataran y no retuvieran de forma suficiente el boro en el proceso de ósmosis inversa que separa la sal. Primero se combatió diluyendo los caudales desalados con agua continental, lo cual reducía la concentración de boro. Después se pensó en instalar un doble circuito de ósmosis inversa, con lo cual el agua volvía a pasar dos veces por las membranas para reducir el boro. En este año hidrológico -finaliza el 30 de septiembre- la producción de agua desalinizada será de 73 millones de metros cúbicos, un poco menos que el ejercicio anterior. Esto representa el 63% de la producción máxima anual, establecida en 116 millones, si bien la capacidad real no llega a los 100 millones en las cinco desaladoras que proporcionan agua para la población. A ello contribuyen las lluvias, que han resucitado las aportaciones del Taibilla. La otra parte la pone el Trasvase Tajo-Segura. En resumen, sube el Taibilla, baja la desalación y se mantiene el Trasvase.
Canales del Taibilla debe mantener un equilibrio entre estas tres fuentes de suministro para que no se dispare el precio del agua.
El consumo de agua para abastecimientos sigue descendiendo. En agosto se ha gastado un 5% menos respecto del año anterior, en el que también disminuyó la demanda, según explica Martínez Francés. El consumo medio de este mes es de 28 millones de metros cúbicos, necesarios para atender la mayor punta de población del territorio del Segura, que supera los 2,5 millones de habitantes con la afluencia de turistas. El descenso se ha notado sobre todo en el sector industrial. Las empresas de agroalimentación han reducido sus demandas hasta en un 50%. No porque haya bajado su producción en la misma proporción, sino porque emplean en sus procesos sistemas que les permite gastar menos agua. Los pantanos de la cuenca del Segura cuentan con unas reservas de 674 hectómetros cúbicos, dos menos que la pasada semana, según el Ministerio. En comparación con el año anterior, los embalses del Segura disponen de 369 hectómetros cúbicos más que en la misma fecha de 2009, y 484 hectómetros cúbicos más que la media que suele almacenar en esta época del año (190 hectómetros cúbicos). Ahora se encuentran al 59,1 por ciento de su capacidad total.
En el conjunto del país, la reserva hidráulica está al 70,1 por ciento de su capacidad total, con, 38.991 hectómetros. La cabecera del Tajo almacena 1.128 hectómetros y se encuentra al 66,5% en Entrepeñas y al 36,5% en Buendía. Toda la cuenca contiene 7.048 hectómetros. Dos técnicos comprueban una desaladora.