The foul-smelling water goes further
Thu, 09/09/2010
El problema del mal sabor del agua no sólo afecta a varios distritos de la capital. Vecinos de al menos siete pueblos de la sierra han llamado en los últimos días para quejarse del hedor que desprende el líquido que sale de sus grifos. En Madrid capital hay reclamaciones de Chamberí, Chamartín, Salamanca y Retiro. En la Sierra las protestas llegaron de Las Rozas, Torrelodones, Hoyo de Manzanares, Galapagar, Villalba, Moralzarzal y Colmenarejo. Este último municipio incluso emitió un bando para tranquilizar a sus más de 7.000 vecinos.Con todo, el Canal de Isabel II, dependiente de la Comunidad de Madrid, recibió ayer un 70% menos de quejas, insiste en que el agua es salubre y mantiene que el problema afecta a puntos en concreto, no a todos los distritos o poblaciones. Carmen Gordo, subdirectora de Calidad de Aguas del Canal de Isabel II, reiteró que cumple con los requisitos que exige la normativa y que «se puede beber». «El problema es el olor, que ya está remitiendo, pero el agua es apta y hemos pasado de recibir 2.000 llamadas con avisos a sólo 200».Sin embargo, los consumidores no se fían y siguen bebiendo estos días agua mineral. Hay personas que incluso aseguran que tras beber agua el lunes han sufrido problemas de estómago. «Vivo en la calle de O'Donnell 10 y el lunes bebí cinco vasos de agua y a la hora comencé a sentirme mal», señala Ricardo Martín. «No vamos a beber agua del grifo», así de tajante se expresaba José Antonio García, un ciudadano de la localidad de Collado de Villalba. «El agua huele como a moho o a una habitación que lleva mucho tiempo cerrada», dice. «Ahora bebemos el agua de botella y la comida también la preparamos con agua mineral», relataba García. «Aunque no suponga un peligro para la salud, el sabor no es agradable», agregó.El problema del mal olor y sabor de las aguas se debe al tratamiento que realiza el Canal de Isabel II, la empresa pública encargada de la gestión de agua de la Comunidad, para eliminar unas algas que salieron en el embalse de Santillana.El motivo de que se vean afectados puntos tan diversos de la región es que el agua que sale en sus viviendas procede de las mismas estaciones de tratamiento de agua, en este caso de la planta de Santillana que se encuentra junto al embalse. El abastecimiento dentro de la región se realiza mediante grandes depósitos de agua, según Carmen Gordo. En la actualidad, el Canal cuenta con 22 grandes depósitos reguladores y 240 de menor tamaño. Desde estos depósitos se abastece de agua a las viviendas mediante tuberías generales. Otro vecino de Villalba se quejó de que «algunos días el mal olor se nota hasta cuando te das una ducha». Por su parte, Javier, dueño de un negocio hostelero en la misma localidad, afirmó: «Yo lo noto mucho cuando saco las cosas del lavavajillas; viene un olor como a moho».También en Galapagar, un grupo de ecologistas de la localidad denuncia el mal estado del agua «desde finales del mes de julio». El grupo destaca el olor a cieno, o a desinfectantes del agua que se nota incluso en el baño.Algún vecino de Collado de Villalba están indignado: «Es que es un problema que venimos arrastrando desde finales de mes», comentaba.«Nosotros volvimos de vacaciones a finales de mes, y nos dimos cuenta que el agua del grifo tenía un olor raro», relataba otro. De hecho, pensábamos que era de nuestras tuberías, pero hablamos con el administrador y nos enteramos que también le pasaba a otros vecinos».«Mis padres que también viven en este pueblo también me han comentado la mala calidad del agua», agregó el mismo residente. «El administrador de nuestra casa se puso en contacto con el Canal y no nos dijeron nada de lo de las algas», explicaba. «Ellos le contestaron que revisarían las conducciones para detectar de dónde viene el problema», señaló. La intensidad del olor y el sabor varía según los días. «Hay veces que el olor y el sabor son más fuertes», agregaba este vecino.Colmenarejo era anoche el único municipio de los afectados en la Sierra que había emitido un bando en su página web para explicar que esta situación no supone ningún riesgo para la salud. En el mismo texto detallaban el origen del problema en el tratamiento de choque contra las algas del embalse de Santillana.Por su parte, desde el Canal de Isabel II explicaron que el problema del agua «está remitiendo». De hecho, ya no sale agua de la estación de tratamiento del embalse de Santillana. «El problema acabará en cuanto se agote el agua que ya está en los depósitos y las cañerías», indicaron en la empresa pública. Entonces, el agua de los depósitos se suministrará a través de otra estación.