The plant will make money by selling and buying light
Thu, 16/09/2010
La Opinión. El Correo de Zamora
La estación depuradora de aguas residuales de Zamora recibió ayer la autorización por parte del servicio territorial de Industria para las instalaciones de cogeneración de energía eléctrica a partir del gas que se genera en la actividad principal de la planta. La jefa de la estación, Nuria Vicente, señaló que la planta ya generaba electricidad del gas conseguido en el proceso de tratamiento de las aguas residuales, entre tres y cuatro mil kilovatios día que sirven para atender aproximadamente la mitad de los requerimientos energéticos de las instalaciones.
La solicitud de autorización como productor de energía el régimen especial permitirá a partir de ahora -mejor dicho, cuando se superen aún algunos trámites que faltan- vender la electricidad producida a una empresa del ramo. Se da la circunstancia de que el precio de venta del kilovatio es más caro que el precio de compra a la misma compañía. Dicho de otra forma, vender energía procedente de instalaciones en régimen especial y volverla a comprar a la compañía eléctrica como luz normal sale a cuenta. Vicente aclara que ahora mismo, esta diferencia «es de tan solo unos céntimos. Antes sí era realmente rentable», pero los cambios normativos han aminorado la diferencia. «Si se tiene en cuenta la inversión necesaria para generar la energía no saldría rentable producirla sólo para venderla y volverla a comprar. Pero queremos estar como productores autorizados para poder estar preparados, en un futuro, en un posible incremento de la producción de la planta». Y es que los trámites que exige la Administración son largos y minuciosos. «Llevamos más de dos años en este proceso», explica Vicente, que está deseando que por fin se puedan enganchar a la red eléctrica como productores.
La estación depuradora de aguas residuales de Zamora cuenta con la única instalación de biogás de la provincia. OMS-SACEDE, junto a otras empresas, se encarga de la gestión de esta planta y ha sido la encargada de llevar a cabo el proyecto de cogeneración.
Ramón Huguet, director del Área de Operación y Mantenimiento de OMS-SACEDE, y Nuria Vicente, jefa del Servicio de Saneamiento y Depuración en Zamora, explicaban en este mismo diario hace unos meses en qué consiste del proceso: «La digestión anaerobia de los fangos producidos durante el proceso de depuración del agua está generando aproximadamente 1.460.000 metros cúbicos de biogás al año, con una producción anual estimada de energía eléctrica de 2.000.000 de kilovatios a la hora».
El almacenamiento del biogás se realiza en un depósito llamado gasómetro. El biogás alimenta al motogenerador de energía eléctrica y la temperatura de los gases de escape de este motor se aprovecha para la calefacción del digestor anaerobio.
La energía que se aprovecha en la depuradora de Zamora equivale a la consumida por una población de cinco mil habitantes durante un año.
El biogás que se genera en la depuradora logra varios objetivos: «minimizar e higienizar los residuos generados en forma de fango y recuperar parte de la energía que contienen, incrementando la generación de energía renovable, así como reduciendo el consumo de combustibles fósiles y su impacto ambiental», indicaron Huguet y Vicente.
La autorización administrativa de cogeneración es prácticamente el último paso para vender la energía eléctrica sobrante.
La solicitud de autorización como productor de energía el régimen especial permitirá a partir de ahora -mejor dicho, cuando se superen aún algunos trámites que faltan- vender la electricidad producida a una empresa del ramo. Se da la circunstancia de que el precio de venta del kilovatio es más caro que el precio de compra a la misma compañía. Dicho de otra forma, vender energía procedente de instalaciones en régimen especial y volverla a comprar a la compañía eléctrica como luz normal sale a cuenta. Vicente aclara que ahora mismo, esta diferencia «es de tan solo unos céntimos. Antes sí era realmente rentable», pero los cambios normativos han aminorado la diferencia. «Si se tiene en cuenta la inversión necesaria para generar la energía no saldría rentable producirla sólo para venderla y volverla a comprar. Pero queremos estar como productores autorizados para poder estar preparados, en un futuro, en un posible incremento de la producción de la planta». Y es que los trámites que exige la Administración son largos y minuciosos. «Llevamos más de dos años en este proceso», explica Vicente, que está deseando que por fin se puedan enganchar a la red eléctrica como productores.
La estación depuradora de aguas residuales de Zamora cuenta con la única instalación de biogás de la provincia. OMS-SACEDE, junto a otras empresas, se encarga de la gestión de esta planta y ha sido la encargada de llevar a cabo el proyecto de cogeneración.
Ramón Huguet, director del Área de Operación y Mantenimiento de OMS-SACEDE, y Nuria Vicente, jefa del Servicio de Saneamiento y Depuración en Zamora, explicaban en este mismo diario hace unos meses en qué consiste del proceso: «La digestión anaerobia de los fangos producidos durante el proceso de depuración del agua está generando aproximadamente 1.460.000 metros cúbicos de biogás al año, con una producción anual estimada de energía eléctrica de 2.000.000 de kilovatios a la hora».
El almacenamiento del biogás se realiza en un depósito llamado gasómetro. El biogás alimenta al motogenerador de energía eléctrica y la temperatura de los gases de escape de este motor se aprovecha para la calefacción del digestor anaerobio.
La energía que se aprovecha en la depuradora de Zamora equivale a la consumida por una población de cinco mil habitantes durante un año.
El biogás que se genera en la depuradora logra varios objetivos: «minimizar e higienizar los residuos generados en forma de fango y recuperar parte de la energía que contienen, incrementando la generación de energía renovable, así como reduciendo el consumo de combustibles fósiles y su impacto ambiental», indicaron Huguet y Vicente.
La autorización administrativa de cogeneración es prácticamente el último paso para vender la energía eléctrica sobrante.