The eel enters closed to decline dramatically their populations
Sat, 05/03/2011
Quien haya revisado la normativa de pesca fluvial para la temporada entrante (20 de marzo) ya sabrá que una anguila en la cesta puede acarrearle un serio problema. La UE ha decretado medidas para la recuperación de la anguila que restringen su pesca en los ríos europeos. Las poblaciones se estiman en mínimos históricos y peligra su supervivencia. La Xunta la ha vedado a la pesca deportiva, pero no es problema exclusivamente gallego sino europeo ya que, como explica el biólogo de la Universidade de Santiago Fernando Cobo, la anguila al contrario que el salmón no se reproduce en el río, desova al otro lado del Atlántico, en el mar de los Sargazos. Regresan sus descendientes en forma de angula a los ríos para madurar. De la sobreexplotación de esa angula o meixón en los estuarios, y de las angulas adultas, deriva el problema. Eso y la lenta agonía tras la construcción de grandes embalses que cortaron los cauces a su migración y le impiden completar el ciclo biológico.
La excepción a la pesca fluvial en Galicia que contempla el reglamento europeo atañe a los 24 caneiros ribereños de Paradela, Guntín, Páramo y Portomarín, que mantendrán una explotación testimonial y muy útil para el plan de gestión de la especie. Antes de la expropiación del Miño para las presas hidroeléctricas se realizaban grandes pescatas en los caneiros cuasi familiares, hoy agrupados en la asociación O Carrual. De aquella economía tradicional -se dice que antes del bum del pulpo del San Froilán, antes de su cuasi desaparición lo que de verdad se servía eran anguilas previamente secadas- perviven los caneiros restaurados con una arquitectura propia, redes y barcas artesanales para extraer en las crecidas de septiembre a febrero algunos kilos de anguilas para autoconsumo. Lo seguirán haciendo, pues ellos aún ayudan a la especie. Entregan un cupo a Medio Ambiente con igual número de kilos de peces adultos (a partir de este año la talla mínima serán 40 centímetros) de los que reciben en angulas rescatadas junto al muro la presa de Frieira, en Ourense. Desde allí van por carretera al alto Miño. «Depende do ano, pero dende 1998 entregamos 1.300 quilos de anguías para que as solten e poidan viaxar ata o mar dos Sargazos», dice Eduardo Yáñez, secretario de O Carrual.
Gastronomía típica
En la misma ribera del embalse, a pocos kilómetros, Jaime Varela despacha en O Mesón do Loio anguilas en empanada, fritas o en salsa, pero no provienen del Miño. Las compra del delta del Ebro, la albufera de Valencia y las importó de los Países Bajos e Italia. «En Galicia quedamos cinco establecementos que mantemos esta gastronomía, e existe o tópico de que as anguías de Portomarín saben mellor, pero, de igual maneira que na Fonsagrada non hai abondos porcos como para facer todos os butelos que venden, aquí a anguía é de fóra. Houbo un tempo en que traballamos as de Belesar, pero eran peixes vellos, de 20 a 30 anos, con moita graxa, que non gustaban», explica.
La excepción a la pesca fluvial en Galicia que contempla el reglamento europeo atañe a los 24 caneiros ribereños de Paradela, Guntín, Páramo y Portomarín, que mantendrán una explotación testimonial y muy útil para el plan de gestión de la especie. Antes de la expropiación del Miño para las presas hidroeléctricas se realizaban grandes pescatas en los caneiros cuasi familiares, hoy agrupados en la asociación O Carrual. De aquella economía tradicional -se dice que antes del bum del pulpo del San Froilán, antes de su cuasi desaparición lo que de verdad se servía eran anguilas previamente secadas- perviven los caneiros restaurados con una arquitectura propia, redes y barcas artesanales para extraer en las crecidas de septiembre a febrero algunos kilos de anguilas para autoconsumo. Lo seguirán haciendo, pues ellos aún ayudan a la especie. Entregan un cupo a Medio Ambiente con igual número de kilos de peces adultos (a partir de este año la talla mínima serán 40 centímetros) de los que reciben en angulas rescatadas junto al muro la presa de Frieira, en Ourense. Desde allí van por carretera al alto Miño. «Depende do ano, pero dende 1998 entregamos 1.300 quilos de anguías para que as solten e poidan viaxar ata o mar dos Sargazos», dice Eduardo Yáñez, secretario de O Carrual.
Gastronomía típica
En la misma ribera del embalse, a pocos kilómetros, Jaime Varela despacha en O Mesón do Loio anguilas en empanada, fritas o en salsa, pero no provienen del Miño. Las compra del delta del Ebro, la albufera de Valencia y las importó de los Países Bajos e Italia. «En Galicia quedamos cinco establecementos que mantemos esta gastronomía, e existe o tópico de que as anguías de Portomarín saben mellor, pero, de igual maneira que na Fonsagrada non hai abondos porcos como para facer todos os butelos que venden, aquí a anguía é de fóra. Houbo un tempo en que traballamos as de Belesar, pero eran peixes vellos, de 20 a 30 anos, con moita graxa, que non gustaban», explica.