El noreste de Australia, que está sufriendo las peores inundaciones en cinco décadas, se prepara para recibir más aguaceros durante el fin de semana, alertaron hoy los meteorólogos.
Hasta el momento, las riadas han causado diez muertos, 4.000 evacuados y 1.200 viviendas anegadas y casi 11.000 dañadas en 40 comunidades afectadas en el estado de Queensland.
Se calcula que los daños superarán los 5.000 millones de dólares, además de las incalculables pérdidas en la agricultura y el sector minero.
Rochampton, una de las localidades más perjudicadas y donde los aguaceros comenzaron ayer a remitir, recibió hoy con alivio la primera caída en el nivel del caudal del río Fitzroy, aunque la población permanecerá sumergida al menos otra semana más.
Los pueblos de St. George y Surat se mantienen en alerta por la crecida del río Balonne, aunque las autoridades creen que finalmente no se desbordará.
Mientras tanto, las riadas continúan desplazándose hacia el sur, reforzadas por las fuertes precipitaciones que vienen cayendo desde hace días en Nueva Gales del Sur.
Cuando las riadas lleguen al norte ese estado, la pequeña comunidad de Goodooga se quedará incomunicada durante seis semanas, según los expertos.
Las autoridades piden una y otra vez a la población que busque refugio en lugares seguros, se queden en casa si pueden y eviten conducir por las carreteras cerradas.
Un joven de 19 años fue acusado hoy formalmente de la muerte de dos personas que viajaban con él en coche cuando fueron arrastrados por las aguas.