Exploited aquatic vegetation of Coldstream Tables
Tue, 18/01/2011
Santos Cirujano, científico del CSIC y uno de los mayores especialistas en el estudio del Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, en el corazón de La Mancha, comenta que la llegada del agua al parque nacional ha hecho posible que se regeneren las amplias praderas de ovas (una especie de 'césped' submarino), que cubrían gran parte del lecho inundado del parque nacional.
El mantenimiento de estos niveles de inundación a lo largo del 2010 han permitido que las formaciones subacuáticas completaran su desarrollo. Fundamental en esta recuperación ha sido también la eliminación de una parte importante de la vegetación que había invadido tablas y tablazos. Así, se han extraído 18.000 toneladas de biomasa vegetal que colmataba el vaso del parque en una superficie de 630 hectáreas que, de no llevarse a cabo, se hubiera descompuesto al inundarse el humedal, provocando el notable empeoramiento de la calidad del agua e imposibilitando el desarrollo de las praderas de ovas.También ha influido «el lavado» que se ha producido por la salida del agua por la presa de Puente Navarro, que ha facilitado la eliminación de una parte del exceso de nutrientes y restos vegetales acumulado durante la fase de sequía.
Estos factores han hecho posible que el humedal haya tenido la mayor biomasa de ovas desde que existen datos, con una superficie cubierta por ovas de unas 450 hectáreas de terreno. Cirujano comenta que la recuperación de las praderas de ovas contrasta con la situación de la masiega ('Cladium mariscus'), el macrófito acuático emergente más importante que estaba considerado como el mayor masegar de Europa occidental, antes de que se intentaran desecar Las Tablas de Daimiel a comienzos de los 70. Los últimos estudios del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) revelan que la vegetación subacuática del Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel, uno de los indicadores que se estiman para valorar la mejoría del ecosistema húmedo, ha experimentado una recuperación espectacular.
Esta vegetación está compuesta por distintas especies del género Chara, esencialmente 'Chara hispida' y 'Chara canescens', aunque en el pasado era más rica y variada. No obstante, en los últimos meses se ha observado una magnífica recuperación de estas especies, debido a factores como que los niveles máximos de inundación en el humedal se han alcanzado en una época adecuada para la germinación de semillas y propágulos existentes en los sedimentos.
De ese extenso masegar, que ocupaba el 57,5% de la superficie inundada en 1956, se pasó en 1984 al 29,5% y en la actualidad cubre menos del 8%, lo que pone de manifiesto que la masiega «ha decaído bastante en estos años».
Cirujano cree que los masegares pueden volver a recuperarse pero, en contraposición a la vegetación subacuática, «lo hacen de forma muy lenta», ha precisado el científico, quien considera que se debería analizar y abordar con urgencia este problema.
El mantenimiento de estos niveles de inundación a lo largo del 2010 han permitido que las formaciones subacuáticas completaran su desarrollo. Fundamental en esta recuperación ha sido también la eliminación de una parte importante de la vegetación que había invadido tablas y tablazos. Así, se han extraído 18.000 toneladas de biomasa vegetal que colmataba el vaso del parque en una superficie de 630 hectáreas que, de no llevarse a cabo, se hubiera descompuesto al inundarse el humedal, provocando el notable empeoramiento de la calidad del agua e imposibilitando el desarrollo de las praderas de ovas.También ha influido «el lavado» que se ha producido por la salida del agua por la presa de Puente Navarro, que ha facilitado la eliminación de una parte del exceso de nutrientes y restos vegetales acumulado durante la fase de sequía.
Estos factores han hecho posible que el humedal haya tenido la mayor biomasa de ovas desde que existen datos, con una superficie cubierta por ovas de unas 450 hectáreas de terreno. Cirujano comenta que la recuperación de las praderas de ovas contrasta con la situación de la masiega ('Cladium mariscus'), el macrófito acuático emergente más importante que estaba considerado como el mayor masegar de Europa occidental, antes de que se intentaran desecar Las Tablas de Daimiel a comienzos de los 70. Los últimos estudios del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) revelan que la vegetación subacuática del Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel, uno de los indicadores que se estiman para valorar la mejoría del ecosistema húmedo, ha experimentado una recuperación espectacular.
Esta vegetación está compuesta por distintas especies del género Chara, esencialmente 'Chara hispida' y 'Chara canescens', aunque en el pasado era más rica y variada. No obstante, en los últimos meses se ha observado una magnífica recuperación de estas especies, debido a factores como que los niveles máximos de inundación en el humedal se han alcanzado en una época adecuada para la germinación de semillas y propágulos existentes en los sedimentos.
De ese extenso masegar, que ocupaba el 57,5% de la superficie inundada en 1956, se pasó en 1984 al 29,5% y en la actualidad cubre menos del 8%, lo que pone de manifiesto que la masiega «ha decaído bastante en estos años».
Cirujano cree que los masegares pueden volver a recuperarse pero, en contraposición a la vegetación subacuática, «lo hacen de forma muy lenta», ha precisado el científico, quien considera que se debería analizar y abordar con urgencia este problema.