La misión internacional de la Unesco, la UINC y la Red Ramsar que hasta mañana visita Doñana no cree que las denuncias de colectivos sociales y ecologistas sobre la situación del Espacio Natural sean "tan graves" como para que éste pierda su inscripción en los convenios internacionales. Así lo precisó ayer en El Acebuche (Almonte) el representante de la Convención Ramsar, Delmar Blasco, que se reunió con miembros de esos grupos. La Unesco nombró Doñana en 1981 Reserva de la Biosfera y Patrimonio de la Humanidad en 1994; además, este espacio natural forma parte desde 1982 del Convenio Ramsar, en el que se engloban los humedales de importancia internacional.

Blasco indicó que, en general, los sitios protegidos tienen problemas porque los seres humanos "impactan sobre ellos con sus acciones", algo que es debido a que se ha abandonado la concepción de que estos lugares son "intocables" y se ha introducido un concepto de uso público que permite actuar en ellos. La misión internacional está recibiendo una cantidad "ingente" de información tanto de los gestores del parque como de los colectivos, que deberán analizar antes de realizar sus recomendaciones que serán remitidas al Gobierno.

Los colectivos sociales y ecologistas expusieron a los expertos internacionales las que consideran las amenazas más graves para Doñana, entre las que destacan el dragado del Guadalquivir, infraestructuras como el oleoducto Balboa, la proliferación de cultivos ilegales, la contaminación procedente de industrias o aguas fecales o el problema del agua.

Ecologistas en Acción pidió a la misión que se incluya al Espacio Natural en la Lista del Patrimonio de la Humanidad en peligro hasta que "se restaure la normalidad". Greenpeace incidió en la contaminación que sufren los ríos Tinto y Odiel, principalmente procedente de los fosfoyesos de Fertiberia acumulados en las marismas, y por los vertidos que la refinería de Cepsa tiene en Palos de la Frontera (Huelva), puntos negros a los que se une ahora el oleoducto Balboa, y WWF-España destacó el dragado del río Guadalquivir, que promueve la Autoridad Portuaria de Sevilla, al entender que sería un 'golpe mortal para Doñana y para el estuario' del río y en la proliferación de cultivos ilegales en la corona norte de Doñana.

El consejero de Medio Ambiente, José Juan Díaz Trillo, cree que el Plan de Ordenación de las Zonas de Regadío ubicadas al norte de la Corona Forestal de Doñana resuelve 'una de las amenazas' del Espacio Natural de Doñana. El consejero afirmó ayer que con este Plan de Ordenación queda "resuelto" el gran problema de Doñana, hacer uso de los recursos hídricos.

El documento será sometido a un período de información pública para que sea consultado y para que los colectivos y ciudadanos interesados efectúen alegaciones al mismo. A este respecto, Díaz Trillo señaló que con el plan inicial y la participación de todas las partes espera que se resuelva una de las "amenazas" de Doñana, "la escasez de agua subterránea".

El consejero afirmó que este plan, que cerrará más de un millar de pozos en cinco términos municipales, dará una solución al recurso hídrico en el Parque Nacional de Doñana, "ordenándose adecuadamente". El ámbito de aplicación que comprende es de 64.831 hectáreas.