Cáceres guarantees the quality of the water with the reform of the water purifier
Fri, 11/02/2011
Hoy
Para que nunca pueda pasar lo que ha ocurrido en la mancomunidad del Tamuja, con niveles de trihalometanos por las nubes y la prohibición de beber el agua, la capital cacereña está haciendo una importante obra de reforma en la depuradora, a punto de finalizar. Estará acabada en pocas semanas, el próximo mes de marzo, y a partir de ese momento la ciudad dirá adiós definitivamente al mal olor y mal sabor del agua que se produce cuando el pantano o el Almonte están muy bajos de nivel y aparecen algas. También se despedirá del riesgo de que se pueda rebasar el tope legal de trihalometanos (100 microgramos por litro). El coste de la reforma es de cuatro millones de euros.
El control de los trihalometanos, esos compuestos que se originan como reacción de la materia orgánica con el cloro que se emplea para tratar el agua, estaba ya garantizado, en buena medida, con la reforma que se hizo en el año 2008, por valor de 600.000 euros. Se instaló en la depuradora un tratamiento de ozono y con ello se evitó rebasar los límites legales establecidos a partir del 1 de enero de 2009, 100 microgramos por litro. Hasta esa fecha el límite estaba provisionalmente en 150 microgramos, y Cáceres llegó a superarlo en una ocasión, al menos según la denuncia que presentó la organización de consumidores OCU en febrero de 2006. Reveló que análisis hechos en la ciudad indicaban 251 microgramos. No se llegó a prohibir el consumo, pero sí se dio la voz de alerta, a pesar de que el Ayuntamiento, como el de otras ciudades de Españaa señaladas por el dedo de la OCU, desmintió los datos y negó que se rebasara el tope.
En todo caso, el Ayuntamiento acometió después la reforma de la depuradora con el sistema de tratamiento de ozono ya que a partir del 1 de enero de 2009, el nivel máximo se reduciría hasta los 100 microgramos y en algunas ocasiones se rebasaba esa cifra.
A partir de 2009, con la reforma hecha, los niveles se han mantenido por debajo de 100 microgramos siempre y pueden oscilar entre los 60 o 70 o algo más de 90 microgramos, dependiendo del lugar donde se tome el agua para analizar.
Con todo, la depuradora necesitaba otra reforma más ambiciosa para doblar la garantía en el control de los trihalometanos y, además, en la mejora de la calidad del agua cuando hay que hacer frente a épocas de bajada de nivel en las reservas con la aparición de algas. Así, algunos veranos se ha notado un mal sabor y mal olor del agua y la empresa concesionaria del abastecimiento, Canal de Isabel II, no podía excederse en el tratamiento a base de cloro pues podría disparar, a su vez, el nivel de trihalometanos. Por ello, la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT) accedió a la petición municipal: hacer y financiar una reforma más completa en la depuradora, según recuerda el concejal de Infraestructuras, Miguel López, quien muestra su satisfacción por la inminente terminación de la obra. «Ha sido una actuación muy peleada por el Ayuntamiento y agradecimos a la Confederación que la llevase a cabo», añade y resalta que una vez finalizada se podrá hablar de un antes y un después en la calidad del agua de Cáceres.
La intervención, adjudicada a la empresa Insolux, arrancó en marzo del pasado año y tiene un plazo de ejecución de un año. La obra va a buen ritmo y podrá estar terminada dentro del plazo.
Ha consistido en la construcción de un depósito regulador y una cámara de posozonización a la salida de los filtros de arena; instalación de un segundo equipo de generación de ozono; 20 filtros de carbón activo; edificio auxiliar de control; nuevo transformador para suministro de bombeo y equipo generador de ozono así como instalación de medios auxiliares.
El control de los trihalometanos, esos compuestos que se originan como reacción de la materia orgánica con el cloro que se emplea para tratar el agua, estaba ya garantizado, en buena medida, con la reforma que se hizo en el año 2008, por valor de 600.000 euros. Se instaló en la depuradora un tratamiento de ozono y con ello se evitó rebasar los límites legales establecidos a partir del 1 de enero de 2009, 100 microgramos por litro. Hasta esa fecha el límite estaba provisionalmente en 150 microgramos, y Cáceres llegó a superarlo en una ocasión, al menos según la denuncia que presentó la organización de consumidores OCU en febrero de 2006. Reveló que análisis hechos en la ciudad indicaban 251 microgramos. No se llegó a prohibir el consumo, pero sí se dio la voz de alerta, a pesar de que el Ayuntamiento, como el de otras ciudades de Españaa señaladas por el dedo de la OCU, desmintió los datos y negó que se rebasara el tope.
En todo caso, el Ayuntamiento acometió después la reforma de la depuradora con el sistema de tratamiento de ozono ya que a partir del 1 de enero de 2009, el nivel máximo se reduciría hasta los 100 microgramos y en algunas ocasiones se rebasaba esa cifra.
A partir de 2009, con la reforma hecha, los niveles se han mantenido por debajo de 100 microgramos siempre y pueden oscilar entre los 60 o 70 o algo más de 90 microgramos, dependiendo del lugar donde se tome el agua para analizar.
Con todo, la depuradora necesitaba otra reforma más ambiciosa para doblar la garantía en el control de los trihalometanos y, además, en la mejora de la calidad del agua cuando hay que hacer frente a épocas de bajada de nivel en las reservas con la aparición de algas. Así, algunos veranos se ha notado un mal sabor y mal olor del agua y la empresa concesionaria del abastecimiento, Canal de Isabel II, no podía excederse en el tratamiento a base de cloro pues podría disparar, a su vez, el nivel de trihalometanos. Por ello, la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT) accedió a la petición municipal: hacer y financiar una reforma más completa en la depuradora, según recuerda el concejal de Infraestructuras, Miguel López, quien muestra su satisfacción por la inminente terminación de la obra. «Ha sido una actuación muy peleada por el Ayuntamiento y agradecimos a la Confederación que la llevase a cabo», añade y resalta que una vez finalizada se podrá hablar de un antes y un después en la calidad del agua de Cáceres.
La intervención, adjudicada a la empresa Insolux, arrancó en marzo del pasado año y tiene un plazo de ejecución de un año. La obra va a buen ritmo y podrá estar terminada dentro del plazo.
Ha consistido en la construcción de un depósito regulador y una cámara de posozonización a la salida de los filtros de arena; instalación de un segundo equipo de generación de ozono; 20 filtros de carbón activo; edificio auxiliar de control; nuevo transformador para suministro de bombeo y equipo generador de ozono así como instalación de medios auxiliares.