Irrigation is science for agricultural use
Thu, 20/10/2011
Las reformas en los sistemas de riegos suponen una oportunidad para competir y rentabilizar las producción agrícolas de acuerdo a las normas de exigencia que impone la UE Ahorrar para regar. El estudio muestra ahorros medios de agua de entre el 35 y el 45 por ciento, con comunidades como la del Margen Derecha del Pantano del Águeda, en la provincia de Salamanca, que alcanza el 80 por ciento. Este ahorro en agua también ha reducido los costes de producción, con una merma de las dosis de abonado gracias a los sistemas de fertirrigación y abonado de los que disfrutan. Además, según ese estudio todas las comunidades destacan el ahorro en horas de trabajo destinadas a riego, que es siempre superior al 50 por ciento. La modernización de regadíos es una de las cuestiones que demanda el campo para establecer normas de rentabilidad que le permitan competir según la exigencia de la UE.
Las comunidades de regantes de Castilla y León que se han embarcado en procesos de modernización han logrado elevar la productividad de sus cultivos por encima de un 30 por ciento y rebajar su consumo de agua en una media del 40 por ciento. Lo normal en estas circunstancias es alcanzar 120 toneladas por hectárea de remolacha y más y entre 16 y 18 de maíz y con los buenos precios de este año, la coyuntura no puede ser más favorable para impulsar la modernización en Castilla y León donde hay comunidades en lista de espera. La modernización de regadíos es una de las actuaciones corales entre administraciones que apoyan esta actuación. Las encuestas efectuadas constata que nueve de cada diez regantes están altamente satisfechas con la inversión efectuada en la modernización de sus explotaciones de regadíos por la mejora en la calidad de vida de los regantes y el ahorro generado.
El estudio muestra ahorros medios de agua de entre el 35 y el 45 por ciento, con comunidades como la del Margen Derecha del Pantano del Águeda, en la provincia de Salamanca, que alcanza el 80 por ciento. Este ahorro en agua también ha reducido los costes de producción, explicó el responsable de Seiasa, con una merma de las dosis de abonado gracias a los sistemas de fertirrigación y abonado de los que disfrutan. Además, según ese estudio todas las comunidades destacan el ahorro en horas de trabajo destinadas a riego, que es siempre superior al 50 por ciento. En materia de consumo energético, los regantes apuntan como un aspecto negativo los elevados precios de la electricidad y demandan que se aminoren, ya que con ella hacen funcionar todos los sistemas. Sin embargo, en cuando a ahorro de energía producida por gasóleo, la media oscila entre los 500 euros la hectárea en la comunidad de regantes de Riaza y los 200 euros del Canal del Páramo Bajo, en León. Por último, los regantes están muy satisfechos con la introducción de nuevas tecnologías de la información y la comunicación y quieren seguir avanzando en su consolidación, según el estudio.
En Castilla y León existe demanda para modernizar los regadíos, a pesar del contexto económico desfavorable, y sustanció que la coyuntura para las producciones de regadío en Castilla y León es absolutamente inmejorable ante el déficit alimentario mundial. La financiación para acometer estas actuaciones demuestra que los créditos son menos arriesgados.
Ahora se está a la espera de que se apruebe la nueva estrategia nacional sobre regadíos con el horizonte de 2015, y se verá que los ritmos de inversión dependerán las posibilidades presupuestarias. A finales del periodo, el 50 por ciento de la superficie regable de Castilla y León estará modernizada, según las previsiones de la Seisasa, uno de los organismos que intervienen en esta actuación junto a la Junta y las empresas públicas del Ministerio de Medio Ambiente. La pasada campaña en Castilla y León han empezado a funcionar a pleno rendimiento las modernizaciones de grandes comunidades de regantes como la de Guma (Burgos), Páramo de León, Toro (Zamora), Tordesillas (Valladolid) y Riaza (Segovia).
En cuanto a las actuaciones previstas en este año hasta que se conozca la nueva estrategia nacional, son seis con una superficie global de 18.319 hectáreas, pertenecientes a 6.764 comuneros, con una inversión prevista de 161,29 millones de euros, y un ahorro estimado de 58,54 hectómetros cúbicos.
Se espera que todas las obras estén adjudicadas a finales del ejercicio o comienzos del que viene y concretó que se trata del Canal del Páramo III-IX, donde se invertirán 42,14 millones, en una superficie de 5.687 hectáreas, para beneficiar a 1.448 propietarios y ahorrar 18,17 hectómetros cúbicos de agua. Asimismo y también en León y parte de Zamora, se actuará en el Páramo Bajo III-VI, con 6.107 hectáreas y 3.189 comuneros, con un gasto previsto de 52,91 millones y un ahorro estimado de 19,52 hectómetros cúbicos. Asimismo, en Palencia, Pisuerga III, que es la única que aún no cuenta con proyecto redactado, recibirá una inversión de 17,9 millones de euros, para 1.500 hectáreas, de 375 propietarios, para dejar de gastar 4,79 hectómetros cúbicos. Otra actuación se centrará en la Cabecera del Río Riaza A, en Segovia, con 150 hectáreas, 20 comuneros, 2,53 millones de inversión, y 0,48 hectómetros cúbicos de ahorro. Una zona ésta de especial protección, en la que no se podrá actuar hasta octubre noviembre, ante la nidificación del buitre.
En la provincia de Valladolid, está previsto impulsar el regadío en Tordesillas II 1, con 6,25 millones de euros, para 435 hectáreas y 100 comuneros, y un ahorro de 1,39 hectómetros cúbicos. Por último, en Zamora, las obras se centrarán en el Canal de Toro III-IV, con 39,55 millones previstos, con 4.440 hectáreas a modernización, de 1.632 regantes, con un ahorro estimado de 14,19 hectómetros cúbicos.
La modernización de regadíos es una de las apuestas que el sector agrario ha abordado en los últimos años con el respaldo de la Junta de Castilla y León, el Gobierno central y las propias comunidades de regantes. Los organismos dependientes del Estado como la Seiasa y la CHD, además de la Junta, son claves para sostener la financiación de la reforma.
Las comunidades de regantes de Castilla y León que se han embarcado en procesos de modernización han logrado elevar la productividad de sus cultivos por encima de un 30 por ciento y rebajar su consumo de agua en una media del 40 por ciento. Lo normal en estas circunstancias es alcanzar 120 toneladas por hectárea de remolacha y más y entre 16 y 18 de maíz y con los buenos precios de este año, la coyuntura no puede ser más favorable para impulsar la modernización en Castilla y León donde hay comunidades en lista de espera. La modernización de regadíos es una de las actuaciones corales entre administraciones que apoyan esta actuación. Las encuestas efectuadas constata que nueve de cada diez regantes están altamente satisfechas con la inversión efectuada en la modernización de sus explotaciones de regadíos por la mejora en la calidad de vida de los regantes y el ahorro generado.
El estudio muestra ahorros medios de agua de entre el 35 y el 45 por ciento, con comunidades como la del Margen Derecha del Pantano del Águeda, en la provincia de Salamanca, que alcanza el 80 por ciento. Este ahorro en agua también ha reducido los costes de producción, explicó el responsable de Seiasa, con una merma de las dosis de abonado gracias a los sistemas de fertirrigación y abonado de los que disfrutan. Además, según ese estudio todas las comunidades destacan el ahorro en horas de trabajo destinadas a riego, que es siempre superior al 50 por ciento. En materia de consumo energético, los regantes apuntan como un aspecto negativo los elevados precios de la electricidad y demandan que se aminoren, ya que con ella hacen funcionar todos los sistemas. Sin embargo, en cuando a ahorro de energía producida por gasóleo, la media oscila entre los 500 euros la hectárea en la comunidad de regantes de Riaza y los 200 euros del Canal del Páramo Bajo, en León. Por último, los regantes están muy satisfechos con la introducción de nuevas tecnologías de la información y la comunicación y quieren seguir avanzando en su consolidación, según el estudio.
En Castilla y León existe demanda para modernizar los regadíos, a pesar del contexto económico desfavorable, y sustanció que la coyuntura para las producciones de regadío en Castilla y León es absolutamente inmejorable ante el déficit alimentario mundial. La financiación para acometer estas actuaciones demuestra que los créditos son menos arriesgados.
Ahora se está a la espera de que se apruebe la nueva estrategia nacional sobre regadíos con el horizonte de 2015, y se verá que los ritmos de inversión dependerán las posibilidades presupuestarias. A finales del periodo, el 50 por ciento de la superficie regable de Castilla y León estará modernizada, según las previsiones de la Seisasa, uno de los organismos que intervienen en esta actuación junto a la Junta y las empresas públicas del Ministerio de Medio Ambiente. La pasada campaña en Castilla y León han empezado a funcionar a pleno rendimiento las modernizaciones de grandes comunidades de regantes como la de Guma (Burgos), Páramo de León, Toro (Zamora), Tordesillas (Valladolid) y Riaza (Segovia).
En cuanto a las actuaciones previstas en este año hasta que se conozca la nueva estrategia nacional, son seis con una superficie global de 18.319 hectáreas, pertenecientes a 6.764 comuneros, con una inversión prevista de 161,29 millones de euros, y un ahorro estimado de 58,54 hectómetros cúbicos.
Se espera que todas las obras estén adjudicadas a finales del ejercicio o comienzos del que viene y concretó que se trata del Canal del Páramo III-IX, donde se invertirán 42,14 millones, en una superficie de 5.687 hectáreas, para beneficiar a 1.448 propietarios y ahorrar 18,17 hectómetros cúbicos de agua. Asimismo y también en León y parte de Zamora, se actuará en el Páramo Bajo III-VI, con 6.107 hectáreas y 3.189 comuneros, con un gasto previsto de 52,91 millones y un ahorro estimado de 19,52 hectómetros cúbicos. Asimismo, en Palencia, Pisuerga III, que es la única que aún no cuenta con proyecto redactado, recibirá una inversión de 17,9 millones de euros, para 1.500 hectáreas, de 375 propietarios, para dejar de gastar 4,79 hectómetros cúbicos. Otra actuación se centrará en la Cabecera del Río Riaza A, en Segovia, con 150 hectáreas, 20 comuneros, 2,53 millones de inversión, y 0,48 hectómetros cúbicos de ahorro. Una zona ésta de especial protección, en la que no se podrá actuar hasta octubre noviembre, ante la nidificación del buitre.
En la provincia de Valladolid, está previsto impulsar el regadío en Tordesillas II 1, con 6,25 millones de euros, para 435 hectáreas y 100 comuneros, y un ahorro de 1,39 hectómetros cúbicos. Por último, en Zamora, las obras se centrarán en el Canal de Toro III-IV, con 39,55 millones previstos, con 4.440 hectáreas a modernización, de 1.632 regantes, con un ahorro estimado de 14,19 hectómetros cúbicos.
La modernización de regadíos es una de las apuestas que el sector agrario ha abordado en los últimos años con el respaldo de la Junta de Castilla y León, el Gobierno central y las propias comunidades de regantes. Los organismos dependientes del Estado como la Seiasa y la CHD, además de la Junta, son claves para sostener la financiación de la reforma.