«Valencia se asienta en uno de los lugares más hermosos y la
rodean ríos y huertos, no oyéndose más que murmullos de agua que
se ramifican y extienden en todas direcciones, y arrullos y gorgeos
de multitud de aves canoras».
ABULFEDA
«Descripción de España» (siglo XIII)
«Ojos vellidos catan a todas partes
miran Valencia, como yace la Çibdad
e del otra parte e ojo han el mar.
Miran la huerta, espessa es e grand.. .»
«Poema del Mio Cid», Cantar 11 n.O 87
Anónimo (siglo XII)
«Como antes dije, el campo valenciano es fertilísimo, pues
produce inmensa variedad de frutos, que se exportan a otros
países y de los que se obtienen pingües ganancias»
JERONIMO MUNZER
«Viaje por España y Portugal» (1494-95)
«Desde Aragón entré en el Reino de Valencia, que se puede
decir no solamente que es el país más sano, sino también el
más bello jardín del mundo. Los granados, los naranjos, los limoneros,
forman allí las empalizadas de las carreteras. Las más
bellas y las más claras aguas del mundo les sirven de canales».
CARDENAL DE RETZ
«Memorias: Viaje por España» (1654)
«La naturaleza parece haber repartido allí sus dones a manos
llenas, y esa campiña, en una palabra, es más rica que las más fértiles
de Lombardía. La Ciudad de Valencia está situada a una legua
corta del mar, a orillas del Guadalaviar. De este río es de donde
sacan el agua para el mantenimiento de Valencia en marzo y abril.
«Viaje de Francia, de España, de Portugal e Italia» (1729-30)
«El verdor de aquella dilatada llanura, sembrada de una multitud
de pueblos, hacen bella contraposición con el mar, y todo contribuye
a formar una vista cual nunca imaginaron los poetas».
ANTONIO PONZ
«Viajes por España» (siglo XVIII)
«Alrededor de la ciudad se hallan por todas partes campos cultivados,
que en otro país pasarían por deliciosos jardines.. . El frecuente
murmullo de las aguas que corren por innumerables canales
de riego; la variedad de flores, frutos y vegetales que cubren el suelo;
la multitud de labradores que viven en los campos, animan aquel
cuadro, y producen sensaciones nuevas o tan dulces, que aunque
repetidas, siempre encantan».
ANTONIO JOSE CAVANILLES
«Observaciones del Reyno de Valencia» (1795-97)
«En tanto la huerta de Valencia fijó toda mi atención. No viajaba,
me paseaba por una verde llanura entrecortada por límpidos
arroyos, que repartían su frescura».
E.F. LANTIER
«Viaje España del caballero S. Gervasio»
(siglo XVIII)
«Valencia está situada en una llanura llamada la Huerta, en
medio de jardines y cultivos, donde el riego perpétuo mantiene una
frescura muy rara en España. El clima es tan suave, que las palmeras
y los naranjos se dan al aire libre junto a las producciones del
norte».
TEOFILO GAUTIER
«Viaje por España» (1840)
CURIOSO TESTIMONIO DE CRISTOBAL COLON
A través de todos los siglos, el viajero que llega a la Huerta
de Valencia queda deslumbrado e impresionado de lo que ante sus
ojos tiene; es corriente la expresión de que esta tierra «es un paraíso».
Y una prueba más es la del gran navegante y descubridor Cristóbal
Colón quien no cabe duda que estuvo en las tierras de la Huerta
valenciana porque le sirvieron de referencia ante los Reyes Don Fernando
y Doña Isabel para que se hicieran idea de las que él estaba
descubriendo.
Así cuando llega a la isla de Trinidad en su tercer viaje, incluso
marcando la fecha del martes 31 de julio, dice: «avía casas y gente
y muy lindas tierras, a tan fermosas y verdes como las güertas
de Valencia en marzo».
Y más adelante repite de nuevo, refiriéndose a Trinidad y a
la tierra que denomina de Gracia: «Hallé temperaturas suavísimas
y las tierras y árboles muy verdes y tan fermosos como en abril en
las güertas de Valencia».
La máxima ponderación para que los Reyes Católicos puedan
hacerse una idea del paraíso de tierras que han descubierto, es compararlas a las huertas de Valencia en marzo y abril.
«. ..en este reino los riegos son objeto esencial de la administración.
Hay en la capital un Tribunal encargado de hacer ejecutar
las leyes relacionadas con el riego y castigar sus infracciones. Celebra
sus juntas en el atrio de la Catedral y a pesar de la rústica sencillez
de sus miembros, todos ellos labradores, sabe muy bien hacerse
respetar».
BARON DE BOURGOING
«Un paseo por España durante la Revolución Francesa» (1777-95)
«El Tribunal o «cort» de los acequieros se compone de los Síndicos
mayores de las 7 Acequias que riegan la Huerta de Valencia,
con exclusión del Síndico de Moncada, porque su Comunidad se
rige por leyes diversas y está enteramente sujeto al Baile General
del Patrimonio.. . No se ve ningún soldado para proteger el Tribunal,
ningún portero, ningún abogado ni procurador para defender
a las partes; el auditorio forma un círculo alrededor de los bancos
y un profundo silencia anuncia que la justicia puede hacerse respetar
sin el auxilio de la fuerza. Los jueces, hasta entonces confundidos
entre la multitud, tornan un asiento en el mismo banco, e in-
. mediatamente un Guarda de la Acequia anuncia que tal regante
está avisado aquel día para comparecer ante el Tribunal.. .»
JAUBERT DE PASSA
«Canales de riego de Cataluña y Reyno de Valencia» (1844)
«Para juzgar las cuestiones de riego se ha creado, hace ya ocho
siglos, el Tribunal de las Aguas. De este curioso tribunal se dice
que fue instituído por Al-Hakem-Al-Monstansir-Bilah, hacia el año
920.. . se ha conservado hasta nuestros días en su forma primitiva
y con toda sencillez oriental. Es, verdaderamente, la justicia más
patriarcal que se pueda imaginar. Nada de soldados o gendarmen,nada de ujieres para citar las causas, ningún abogado ni procurador
para representar a las partes: los jueces o síndicos son simples
labradores elegidos por labradores.. . El sofá es el único mobiliario
del Tribunal. Una mesa sería inútil aquí, pues el uso del papel es
desconocido por completo de estos jueces casi bíblicos que nos recordaban
al rey San Luis haciendo justicia bajo la encina del bosque
de Vincennes»
CHARLES DAVILLIER
«Viaje por España» (1862)
El mundialmente famoso filósofo alemán Federico Nietzche tuvo
una crisis de su salud en el invierno de 1879 a 1880 de la que manifiesta
que se sintió revivir al pasar la primavera siguiente en Italia
por lo que decidió en adelante pasar las temporadas invernales en
poblaciones cálidas y, como la mejor elegida, en una carta al Prof.
Overbech dice lo siguiente:
«En cuanto domine el español, quizá el próximo invierno, seguiré
mi peregrinación hasta Valencia».
Ha sido siempre el nombre de Valencia simbólico de paraíso
por el clima, y a través de los siglos esta fama ha sido por todo el
mundo reconocida.
Y Ghoete lo confirmaba con su célebre frase:
«Mi ilusión es
vivir donde florece el limonero».
FEDERICO NIETZCHE Y GHOETE
1883
«Era jueves y, según costumbre que databa de cinco siglos, el
Tribunal de las Agua iba a reunirse en la Puerta de los Apóstoles
de la catedral de Valencia.. . Toda la huerta que tenía agravios que
vengar estaba ante los síndicos o jueces de las siete Acequias el interminable
rosario de sus quejas ... Sentáronse los siete jueces en
el viejo sofá; corrió de todos lados de la plaza la gente huertana para
aglomerarse en torno a la verja, estmjando sus cuerpos sudorosos,
que olían a paja y a lana burda, y el alguacil se colocó, rígido
y solemne, junto a un palo de lanza rematado por un gancho de
bronce, símbolo de la acuática justicia».
VICENTE BLASCO IBAÑEZ
«La Barraca» (1898)
«También efectuamos otro viaje por tierras del Levante español,
visitando Valencia y nuestro Consulado.. . Me admiró, al igual
que se habrán admirado otros viajeros, ver que los campesinos de
la región se gobernaban a sí mismos, independientemente de cualquier
otra oficial autoridad, para adjudicar el valioso riego y los derechos
del agua»
Prof. CHARLTON I.J. HAYES
Embajador de los Estados Unidos en España.
1946.