Especial Tribunal Agua Valencia
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JaimeI
Furs
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Energia
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sindicos
Epilogo
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Fue el Tribunal, fueron sus Síndicos, quienes, comprendiendo la necesidad de construir embalses para retener las aguas abundantes de las lluvias y deshielos con las invernales que son más abundantes y menos necesarias, no cejaron hasta construir las presas y poder disponer de ellas en los meses de mayores precisiones de caudales para el riego.

Así, fueron los Síndicos de las Acequias del Tribunal, los promotores del embalse de Buseo a principios de siglo, pero sobre todo, fueron ellos quienes supieron aprovechar la disputa surgida el año 1926 cuando el Ayuntamiento de Valencia solicitó y consiguió del Gobierno del General Primo de Ribera la dotación de 300 litros por segundo para completar el abastecimiento de las aguas potables de la ciudad como ampliación a los 650 11s. que de antiguo tenía ya concedidos.

En la constante tendencia y actitud pactista tan característica del Reino de Aragón y por él impuesta en los demás Estados de la Corona Aragonesa, se convino el pacto entre las Comunidades del Tribunal, el Ayuntamiento de Valencia y el Ministerio de Obras Públicas, de que se construiría en la cerrada del pueblo de Benagéber una gran presa que fuera el embalse regulador del río Turia, con un contraembalse complementario aguas abajo y en el término de Loriguilla.

Construidos ambos después de la Guerra, empezó el del Generalismo a prestar servicios antes de estar terminado a fines de la década de los 40, y desde entonces su indiscutible eficacia ha quedado probada.

Ha sido por tanto una vez más el Tribunal -diremos, sus Síndicos- los que supieron encontrar la solución más práctica y efectiva para mantener la paz entre los regantes al garantizarles que tienen y tendrán siempre el agua que necesiten para el riego de sus cosechas, consiguiéndose con ello un respeto al orden de los riegos.

Se ha podido comprobar ahora una disminución de las infracciones de riego, perfectamente constatable, con la disminución dedenuncias presentadas ante el Tribunal.

Más, su gran autoridad sigue intacta, lo que también se ha podido constatar en los siete años largos de extremada sequía que se han sufrido desde 1980 a 1987, en los cuales el caudal del río Turia descendió en los meses de verano a límites increíbles, y a pesar de que los volúmenes de agua en los embalses del Generalísimo y Loriguilla han sido los más reducidos de cuantos ha habido, pudo garantizarse el riego a toda la Huerta en las cosechas de todos los veranos, lográndose establecer un tandeo de aguas rigurosísimo, durante el invierno y el verano, pactado -decimos- entre las Acequias de los pueblos castillos, Moncada y la Huerta.

Pero digamos que, si el pacto de distribución de aguas y tandeo, en realidad tuvo lugar y fue adoptado ante la autoridad gubernativa y las de la Confederación Hidrográfica del Júcar, fueron las Acequias -sus Sidicos y Guardas- quienes dieron un exacto cumplimiento al mismo; y sin necesidad de tener que intervenir ni una sóla vez autoridad policial o gubernativa alguna, no hubo mayor número de infractores manteniéndose el orden con la sóla vigilancia de los Guardas de las Acequias y con la constante de los Síndicos del Tribunal quienes, de día y de noche, vigilaron el cumplimiento del acuerdo pactado.

Escudo de la Valencia romana

 

 

 

 

 

 

 

 


Escudo de Valencia en el Palacio de la Lonja

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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